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Lanuza, desde Sarratones de Navarro |
Ayer, en Sabiñánigo, con la acogida cariñosa de Don José Manuel, el párroco, que también fue de Lanuza, despedimos a Benito de casa Navarro, tras una larga y rara enfermedad degenerativa. Tenía poco más de cincuenta años. En Sarratones, muy cerca del nuestro, está su campo, justamente en el lugar que está hecha la foto. Igual que todos, se afanó en arrancar los arbustos y zarzas que habían crecido tras la expropiación. Yo sabía cuando había estado porque encontraba, siempre encima de la misma piedra, un corazón de manzana ... esa roca será, para mi, un recuerdo muy entrañable. Hace años que la enfermedad tomó posesión de su cuerpo y no pudo realizar sus sueños. Seguro que sus padres se fueron delante para poder recibirle con los brazos abiertos. Su querida familia lo ha cuidado con infinito amor y su hijo, que es su viva imagen, le ha rendido el último homenaje, el Paloteao de Lanuza, porque "se lo enseñó cuando era pequeño"
- Descansa en paz, Benito.