" NADA HAY MÁS NUEVO QUE EL AMANECER DE CADA DÍA " - EMPIEZO EL BLOG EL 3 DE JUNIO DEL 2.010 - (mi refugio)

6/3/12

Una mamá que no para!

En el cole el tema de carnaval eran los medios de comunicación y los peques fueron de página de cultura y sociedad, llevaban una bolsa de basura de color rosa con las noticias que quisiéramos poner con el formato al gusto. Yo le preparé un montaje que luego imprimí y pegué en la bolsa, pero las fotos no se ven bien y sale con el padrino.

El finde en la nieve fue un éxito, le cogimos un monitor una hora el primer día y dos el siguiente y ya lo bajó por una pista verde, sube al telesilla con los esquies puestos y coge el solo el remonte. Tanto es así que nos aconsejó apuntarlo al club de esquí y no lo han puesto en iniciación, sino en perfeccionamiento, con niños que llevan más de un año esquiando, parece que se le da muy bien. Estamos inflados como pavos, claro, pero sólo os lo cuento a los íntimos porque se nota mucho que presumo, no puedo evitarlo, y queda fatal, pero seguro que su abuela está peor que nosotros.
Y miedo no tiene ni gota, está tan feliz, el segundo día me decía que no necesitaba más profesor, que él ya sabía patinar en la nieve. Ahora quiere esquiar en casa y, como no hay nieve, ha decidido pedírsela a Papa Noel para poder "esquiar en casa y no tener que dormir en el hotel". Ya avisé a los padrinos para que vayan buscando un cañón de nieve a buen precio, je, je.
Mamá Paz.
-Aquí somos íntimos, ademas, sabemos y comprendemos el amor de madre-

4 comentarios:

  1. Me recuerdas a uno que conoces hace 42 años.

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  2. La orgullosa mamá tiene motivos para sentirse satisfecha. No sé si le acompañarías en sus jornadas de esquí, pero si no lo has hecho, seguro que terminarás poniéndote unos esquís. Ber está precioso con su traje de esquiador; y supermamá Paz es que no para, siempre nos sorprende con alguna nueva actividad. Personalmente te agradezco que nos hagas partícipes de todas estas bonitas experiencias. Un abrazo

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  3. Que remedio que intentarlo, ya probé una vez y no me llamó nada repetir, no sé qué me pasa que en cuanto veo una pendiente me entran ganas de sentarme para no caerme al suelo, aparte del respeto (más bien miedo) que me dan las alturas y la sensación de que resbalo inevitablemente en la nieve. Poco a poco voy superando algunas cosas, me subo en montañas rusas (nunca en el primer puesto y siempre que me aten como a una momia), soy capaz de caminar por la montaña y el sábado pasado bajé yo sola en el telesilla con los bastones de mis chicos para que ellos pudieran hacer su primera bajada juntos. Sé que no son grandes cosas pero a mí me cuestan un montón, así que el próximo sábado haré de tripas (o lo que me quede de ellas, porque sólo de pensarlo me pongo nerviosísima) corazón y me volveré a poner unos esquís con el firme propósito de salir de la zona de iniciación y bajar la pista verde que mi hijo ya tiene muy vista. Lo imagino y ya se me pone un nudo en el estómago, ¡ya podía haberle dado por el ajedrez!.

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    1. Claro que sí, así podrás ir luego con Bernardo a esquiar juntos y os reiréis un montón.

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