TRABAJOS A
LO LARGO DEL AÑO
En el mes de enero, aparte de darles de comer a los
animales que teníamos en las cuadras y cuidarlos, ordeñar las vacas lo primero,
porque a las 9 de la mañana llegaba el camión de la leche a recogerla, se
mataban los cerdos y se hacía el mondongo para todo el año, longaniza, chorizo,
salchichón, butifarra, bispo, chichones, morcillas y tortetas. Estas dos cosas
se hacían con la sangre que se recogía de los cerdos al degollarlos.
Para matarlos hacía falta tres o cuatro personas, el
matarife lo cogía con un gancho, los demás lo tumbábamos encima de un cajón de
madera que se llama bacía, cogiendo una pata cada uno, el matarife lo degollaba,
una mujer con un pozal de cinc cogía la sangre, al tiempo que salía la removía
con la mano para que se quedara líquida porque sino se cuajaba.
Una vez muerto, se ponía dentro del cajón y se le
echaba agua hirviendo para pelarlo, con dos cuerdas que se habían
puesto por debajo se le daba dos vueltas para que se remojara por todo el
cuerpo por igual. A continuación con unas cazoletas se pelaba y se quedaba
limpio y afeitado, en casa los entrábamos a la bodega para colgarlos, el
matarife, que solía ser Emilio de Cayeteno o José de Diego, lo abrían de arriba
a bajo, le sacaban las tripas y se dejaba secar hasta el día siguiente por la
mañana.
Las tripas las lavábamos en una fuente que había junto al
puente del río Gállego, que el agua estaba medio caliente, había años que había
grandes nevadas y mucho frío, pero había que hacerlo. Los dos días que duraban
las faenas, nos ayudaban Cándida y Amparo, también yo les ayudaba en sus casas,
sobre todo en la matacía, en el río para lavar, capolar la carne y llenar los
intestinos. A continuación se hacían las morcillas y las tortetas que se cocían
en una caldera. Para comer ese dia en alguna casa, le cortaban un trozo de
oreja al cerdo para hacerla con judías.
Al dia siguiente, se descuartizaba el cerdo, se hacían en piezas, los jamones,
espaldares, blancos, costillares, lomos, y los recortes de estas piezas que
eran bastantes, se empleaban para hacer los embutidos. Se capolaba la carne con
una máquina pequeña que funcionaba con el brazo y después se ponía separada
cada cosa en un terrazo de tierra, parecido a una palangana pero en grande. Se
condimentaba a cada cosa lo suyo y se dejaba reposar hasta después de comer que
se empezaba a llenar los intestinos con la misma máquina de capolar pero sin
torno. Una vez llenos, los colgábamos en el pasillo de arriba que aún se
conservan los clavos y allí estaban hasta que se secaban, todo lo demás se
ponía con sal en un arcón grande de madera que se llamaba, saladero. Los lomos
y costillares, a los seis o siete días
de estar en sal, se cocían y se ponía en conserva con la misma grasa del cerdo.
Y este era la despensa, guarda carne o congelador para todo el año.
Esos dos días eran de mucho trabajo, mi madre se levantaba
a las seis de la mañana para encender la caldera que ya estaba llena de agua
para cuando llegara al matarife, que estuviera hirviendo, antes de empezar las
tareas, se tomaban una copa de anís con galletas o magdalenas, no se podía
tocar la carne en ayunas, al terminar la matacía del segundo cerdo, se
almorzaba una chichorra asada, después de mirarla en el veterinario, así se
aguantaba mejor el frío que se pasaba para lavar las tripas en el río.
En todas las casas se recriaban uno o dos cerdos, solían pesar
sobre los 150Kg en limpio ( 12 arrobas), excepto el de Chandón que pesaba la
16, cuando lo bajaban por la calle para matarlo, salíamos todos a verlo, era el
más gordo. En las matacías se producían anécdotas. Una vez en casa de Diego,
matan uno lo meten en la bacía ya muerto sin sangre, le echan el agua
hirviendo, se levantó de la bacía y se salió a la calle. Para hacer estos
trabajos, nos ayudábamos unos a otros,
sólo los de casa era imposible hacerlo.
Serie de fotos de la matacía |
En el mes de Febrero, aparte del Carnaval que ya he
contado, si no había nieve que muchos años pasaba (menos en éste que hay
cantidad, 2009) se encubaba, esto era volver a llenar los toneles o cubas de
vino para todo el año. Traían el vino a granel en botos de cinco cántaros,
50 l., se subía al hombro hasta cada casa, esto se hacía con la luna en cuarto
menguante, a continuación, se rellena el tonel de vino viejo con vino del año
anterior, éste es el que se sacaba en las rondas con cosas dulces, así como en
las invitaciones en las casas. Se sigue haciendo pero con menos consumo, a los
jóvenes no les gusta, se van a la
CocaCola.
En este mes, se llevaba el estiércol a los prados. Esto se
hacía con los machos, a carga, en los esportones; un esportón era la unión de
dos sacos abiertos por una costura y cosidos por la boca, así quedaba un
cucurucho a cada lado del macho. Se dejaba a montones por los campos para luego
tenderlo y más adelante pasarle unos artos con unas piedras encima tirado por
un macho, se quedaba molido.
Con las vacas en las cuadras quedaba poco tiempo para
hacer faenas en el campo. Excepto el centeno que se sembraba a finales de agosto,
la siembra de los cereales se hacía en los primeros días de marzo. Un año en
las Cotatiechas, lo sembramos el día seis de marzo de trigo y lo segábamos a
mediados de agosto, salió seis mil kg. en 7.500m2 y lo vendimos a seis pesetas.
Se limpiaban los prados sobre todo las orillas pues las
zarzas crecían como diablos. Se despedregaba los campos que se había sembrado
trébol o alfalfa el año anterior, para luego poder dallar sin tocar la piedras.
A finales de marzo o primeros de abril se celebraba la Semana Santa , en la Iglesia se montaba un
monumento con dos soldados romanos uno a cada lado, en el altar se colocaba un
sagrario que después de la misa del Jueves Santo el cura colocaba allí el copón
con las Hostias Consagradas ( El Santísimo ) y se veneraba desde la misa del
Jueves hasta la tarde del Viernes Santo. Había dos reclinatorios que ocupaban
dos personas a turno una hora cada pareja iban todos los vecinos, y el Viernes
después de todas las ceremonias, se hacía una procesión por el pueblo con el
Santo Cristo que estaba debajo del coro (ahora está en el pueblo de Marracos).
Para la misa del Viernes Santo, se avisaba con las carraclas y matracas por las
calles, no se podían tocar las campanas hasta el sábado. El domingo se
celebraba la Pascua
de Resurrección; después de la misa de Pío XII cantada por el pueblo, las
mujeres habían preparado una comida especial, el mejor pollo del corral lo
guardaban para el día de Pascua y para postre, natilla de la leche NATURAL DE
NUESTRAS VACAS, en mi casa la natilla era con galletas mojadas con café, te
chupabas los dedos.
El día de Jueves Santo un año, contaba mi madre que mi abuela
Felisa había guisado una perola de patatas con carne (no habría mucha), cuando
fueron a comer debía quemar bastante y la puso en la ventana para que se
enfriara; la dejó abierta y como la puerta de la cocina, no estaba del todo
cerrada porque si no se les hacía humo, habría corriente y se cerro la ventana
de golpe, por lo cual la perola se fue al corral y se quedaron sin comer. Mi
abuela les dijo ¡ Dios nos ha castigado por poner carne hoy! Y es que antes
entraba dentro de la vigilia.
El martes de Pascua, el cura iba por todas las casas
echando la bendición a la casa y a los animales en las cuadras. También se le
daba la albada, a esto se le llama la recogida de los productos que se
entregaban tanto a los mozos y a los críos en las rondas como al cura cuando
echaba la bendición.
Aparte de esto, se empezaban a arreglar los huertos para
plantar las hortalizas, se preparaban las tierras para sembrar las patatas en mayo.
Las tierras se labraban con dos machos el que los tenía y el que no, se juntaba
con un vecino o familiar y así se hacían los trabajos mejor. Un macho sólo no
podía labrar; los dos se ponían paralelos y se les colocaba el yugo en
el cuello, como el que tenemos en el patio, pero con colleras de lana y se les
enganchaba la reja, como la que tenemos colgada en el corral o la vertedera que
era parecida pero con una teja.
El hecho de ponerles el yugo y la reja a los machos se
llamaba “juñir” y el quitársela “desjuñir”, y el ponerles los bastes para
llevar carga, se llamaba, “aparejar” o “embastar”, son palabras que ya no se
usan y creo que desaparecerán.
A primeros de Mayo, ya se empezaba a soltar las vacas al
monte. Por lo general la hierba en las cuadras se terminaba, por lo tanto había
que salir uno con ellas todos los días, lloviera o hiciera sol.
Las patatas como ya he dicho se sembraban en este mes,
esto se hacía con los machos, se abría un surco se depositaba allí la patata
cada veinticinco o treinta centímetros
así todo el surco y a la vuelta se tapaban con la tierra que iba echando la
reja. Según la temperatura que hacía a los quince o veinte días nacían. Si
quedaba tiempo se hacía leña en el monte para traerla a casa, en el mes de septiembre
ya seca.
El día 22 se celebraba
Santa Quiteria, que lo seguimos haciendo. Después de la misa, se hacía
la procesión por el pueblo, sólo con la imagen de Santa Quiteria, y por la
noche en el salón de la escuela se hacía baile, unas veces con una pequeña
orquesta y otras con las guitarras del pueblo. Mariano del Rey era el caporal,
que a veces había que templarlo a él primero para que tocara, se hacía de rogar
y es que encima le gustaba pero era así. Santa Quiteria siempre ha sido una
fiesta muy entrañable para las gentes de Lanuza. Gracias a ella pudimos
recuperar y volver a levantar nuestro pueblo, la reconstrucción de la Iglesia fue el punto de
unión de todos los capezutos, el tema de la Iglesia y su reconstrucción está escrito en unas
hojas aparte que adjuntaré. Aquí están.....
Como todavía no había mucha gente, las magdalenas las he ido mojando en el anís que quedaba en la botella, que he echado previamente en un tazón, me temo que habrá que comprar más, esta tarde iré a ver si en Sallent todavía les queda, ya que en Lanuza está agotado.
ResponderEliminarEs que tenía mucha hambre, que anoche estuve arreglando un baste y cosiendo bien una cincha para que no se terminara de romper.
Ahora en serio : En casa Chilón en el centro del salón había una baldosa suelta, allí al levantarla se podía observar un agujero que iba a parar a la entrada de la casa, era de donde se colgaban los cerdos para hacer la matacía.
Ya te veo todo apurado cosiendo y quitándote el frío con el anís. En casa conservamos el agujero por donde se colgaba el cerdo, en una madera encima del patio, se ponía un palo cruzado y de allí bajaba la soga. Yo lo que más recuerdo es el frío que se pasaba y el jaleo que había esos días de hombres, mujeres, pozales de agua, carnes, comidas ... les tenía horror !!
EliminarQue relato mas maravilloso. Recuerdo como en la granja del regimiento de Jaca, cuando mataban los cerdos se les oia gritar a kilómetros, y no pasaba nada. Ahora llevas a un niño a ver esas cosas y te denuncian por maltrato, Como cambian los tiempos. Gracias Angelines no paro de entusiasmarme con tanta historia.
ResponderEliminarUn abrazo: Sejo
Gracias Sejo, es como viajar en el tiempo, pero tampoco ha pasado tanto. Besicos.
EliminarYo recuerdo la “matacía” del cerdo en el pueblo como una fiesta. Como en las memorias de Marcos, también en Asso-Veral acudían los vecinos a ayudar. El proceso era el mismo y yo nunca pude estar presente cuando lo mataban; me metía en el lugar más escondido de la casa, para no enterarme de nada. Mis recuerdos son de cuando era una niña, porque me fui del pueblo muy jovencita y nunca me tocó ayudar.
ResponderEliminarOtra cosa era cuando en la hoguera que habían encendido para calentar el agua, asaban carne y lo que hubiera para almorzar los que habían ayudado,¡como en una barbacoa moderna, vamos! Incluso cortaban trozos de alguna parte del cerdo que tenía algún nombre específico, que no recuerdo, pero que estaba muy bueno.
Si los jóvenes leen esto, probablemente les parezca un relato duro, pero en aquella época teníamos asumido que era la forma de poder alimentarnos y por supuesto ese proceso no tenía nada que ver con el maltrato animal, sino que era una forma de supervivencia, en una época en que carecíamos de muchas de las cosas que nos ha traído esta “sociedad de consumo”
Y por supuesto éramos igual de respetuosos con la naturaleza, porque una cosa es matar un animal, cuando se hace por la necesidad de alimentarse, a cuando se hace por el placer de tener un trofeo colgado en la pared…..
¡También Marcos ha comentado esto en otra parte de sus escritos!
Yo siempre he dicho que los animales formaban parte de la familia y se les trataba siempre bien, pero el fin era la alimentación, pasaba lo mismo con los corderos e incluso gallinas. La diferncia es que ahora está todo industrializado y no se ve nada. Y es verdad lo que dices, se cazaba para ayudar en la economía, no como trofeos. Los árboles, bosques, caminos ... eran cuidados y protegidos.
EliminarTrabajo,trabajo y más trabajo...que era el que daba de comer todo el año.
ResponderEliminarNunca olvidaré la primera vez que ví matar un cerdo, como gruñía el pobre. Pero que buen resultado daban las matanzas se comía muchos meses de ella. Ahora aquí cerca en Guiguelo hacen unos fines de semana la matanza típica y viene la tele, un año fuimos a verla.
Nunca había oido Santa Quiteria. Los jovenes de ahora Ángeles, oyen contar esto y no se pueden creer que se viviera así.
Un beso.
Te dejo el enlace de la mantanza:))
http://asimegustaelmundo.blogspot.com.es/2011/12/jornada-de-la-matanza-tipica-en.html
ME HA ENCANTADO, ES UNA VERDADERA FIESTA. GRACIAS LAURA.
EliminarAngelines, eres tan maravillosa contando tus vivencias propias y lo que contaba tu madre..que es un placer leerte, te cuento que me dió un poquito de miedito eso de ver la matanza del animal (si veo como lo matan seguro no lo como), pero claro eso era con todo el sacrificio de tiempos atrás (ojalá no se siga haciendo). Me gusta el sabor que le diste a tu blog, es como pasar un ratito y ver a los amigos contando anécdotas saboreando alguna nostalgia. Te dejo un enorme abrazo desde Argentina.
ResponderEliminarDa mucha pena, eso es verdad, pero a no ser que seamos vegetarianos se sigue haciendo ahora también, de forma masificada e industrial. Se sigue haciendo Teresita.
EliminarYo tambien me habria metido en algún sitio para no ver la matanza,pero luego los chorizos y los jamones sí que estarian bien ricos y no como todo eso industrializado que nos venden.Yo soy ya casi vegetariana.Besitos.
ResponderEliminarMªAngeles Alicante.
Que sería de nosotros sin esas tradiciones... Cuanta sabiduría tenéis la gente con más experiencia!! Una vida muy interesante...
ResponderEliminarUn besito,
trini
http://yoadoroviajar.blogspot.com
PARECE QUE TODO ESTO ESTÁ A AÑOS LUZ ... PERO ERA AYER !!
EliminarYo también tiro más a vegetariana, pero me gusta mucho el jamón ... qué le vamos a hacer !!