-No entiendo porqué sale el escrito tan desorganizado, no he sabido arreglarlo. Me da mucha rabia pero, por alguna razón, al pasarlo al blog se desajusta. El mismo está colocado en la lonja de la Iglesia de Lanuza. Aquí está la historia de uno de sus empeños más sonados: la recuperación de las tres campanas. Quiteria, Elena y Orosia.
Un día yo prometí,
Un día yo prometí,
que las campanas vendrían
a la torre de la iglesia
y que juntas sonarían.
IGLESIA DE “SAN SALVADOR” - LANUZA
La antigua iglesia románica fue quemada por los franceses en año el 1808, de ella se conserva el crismón y fue reconstruida en 1897 con las mismas características que tiene en la actualidad.
A finales del año 1977 desapareció el pueblo de Lanuza por la construcción del embalse. “Expropiación total”. Después de varios años y viendo que las aguas no anegaban el pueblo, un grupo de vecinos de Lanuza formamos una asociación con el único fin de recuperar nuestras antiguas propiedades, registrada en el Gobierno Civil el 9 de mayo de 1989 siendo presidente Matías Naverac Jiménez y secretario Angel Pérez Ventura.
El primer edificio solicitado fue la iglesia, pero previamente, el Obispado de Jaca tuvo que renunciar a sus derechos de reversión a favor de la “Asociación de Antiguos Vecinos de Lanuza”. Así lo hizo y el día 2 de Diciembre de 1992 el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, D.Antonio Aragón Elizalde, firmó dicha reversión de la iglesia a la Asociación. En esas fechas contratamos una empresa de Sabiñánigo para cambiar el tejado, destrozado por el paso de los años. Este trabajo nos costó cinco millones de pesetas, recibiendo una única ayuda del Gobierno de Aragón de dos millones y medio, concedidas por el Consejero de Ordenación del Territorio D.Luis Acin. El resto fue pagado entre todos los vecinos de la Asociación. Terminado el tejado, empezamos a limpiar los escombros y suciedad que había dentro. Los fines de semana nos juntábamos con la gran ilusión de poder volver a tener algo de lo que un día nos quitaron.
Semana tras semana, llegamos al año 1995 con la iglesia terminada tal como está. Este edificio ilusionó y unió a casi todos los antiguos vecinos, trabajando en él todos los fines de semana, hombres, mujeres y críos. Además del trabajo, aportamos cada casa, cada familia, medio millón de pesetas.
Una vez terminada la iglesia, nos quedaba la recuperación de las campanas que el Obispado había regalado a los pueblos de Torla y Undués de Lerda. Yo, personalmente, fui muchísimas veces a solicitar la devolución de nuestras campanas. El día 4 de Agosto de 1997 y después de una dura discusión con el Sr. Obispo D. Jose Mª Conget, que en paz descanse, me dieron la autorización, con la condición de llevar otras a cambio de las nuestras y pagar los gastos. El delegado de Patrimonio del Obispado de Jaca, D. Felipe García Dueñas, me dijo que tenían una que podíamos llevar a donde quisiéramos. Ya habíamos estado en las dos localidades hablando con los curas y alcaldes varias veces, vimos que, por haber un mejor entendimiento, la de Torla era la primera que podríamos recuperar. El 24 de Febrero de 1998, volvió a Lanuza la primera campana. ¡Que emoción volver a verla y oírla después de 21 años!. Esta era la grande. La pequeña “Quiteria” volvió siete años mas tarde, el 6 de Junio del 2005, con la autorización del Sr. Obispo D. Jesús Sanz Montes, y venciendo la oposición del párroco de Undués de Lerda. Su recuperación nos costó dos millones de pesetas entre trabajos y la compra de una nueva de igual tamaño, con la inscripción “Donada por el pueblo de Lanuza” para Undués a cambio de la nuestra, que es la que queríamos.
En la cúspide de la torre de esta iglesia había otra campana de unos 40 kg, denominada “Santa Orosia” construida en 1884 que tocaba las horas del reloj, esta desapareció de su sitio, después de la expropiación, como tantas otras cosas de culto y de las casas del pueblo. Transcurridos varios años, me puse a indagar el paradero de varios objetos de nuestro templo, entre ellos esta campana. Dos ganaderos de Lanuza, que en verano volvían con su ganado a los prados y montes que fueron nuestros, Sebastián y Jerónimo, me dijeron que un día habían visto salir de la puerta de la iglesia un coche con la matrícula de Barcelona y que al mirar hacia la torre vieron que la campana pequeña había desaparecido. Era lo único que se sabía.
A partir de la reversión de la iglesia en 1992, fuimos recuperando las primeras casas o lo que quedaba de ellas, en la parte alta del pueblo. Esto fue en el 1996. A consecuencia de estas reversiones, mi mujer Angelines, escribía en una revista de Jaca “Jacetania” y contaba en ella los acontecimientos que se iban produciendo en el pueblo. Esta publicación llegaba a la Casa de Aragón de Sabadell,y allí la leía un aragonés amante de su tierra, de los muchos que allí viven, que seguía los pasos que íbamos dando en Lanuza, D. José María Brun Samitier, que en gloria esté pues no pude llegar a conocerlo. En el mes de febrero de 1998, llamó por teléfono a mi casa para decirnos que él sabía donde estaba la campana que el coche de Barcelona se había llevado. Me dio el nombre y apellidos así como su numero de teléfono. ¡Que alegría fue haberla encontrado!. El día 12 de Septiembre de 1998 y en la iglesia de Sallent de Gállego ante el Sr. Alcalde D.José Luis Sánchez, el párroco D. José Manuel Pérez y un grupo de vecinos de Lanuza con nuestro Presidente de la Asociación, Emilio Pérez, nos hizo entrega de la campana “Santa Orosia” D. Alberto Paniciello, de Olesa de Montserrat, al cual nos une una gran amistad.
Tenemos en depósito el retablo de Erla, la pila bautismal de Gillué y varias imágenes de Biescas. Hemos recuperado, por haber estado guardadas en el Obispado de Jaca, la Cruz Parroquial y la Reliquia de nuestra patrona Santa Quiteria del año 1557, regalo del Justicia de Aragón, D. Juan de Lanuza, junto a un cáliz de oro, en paradero desconocido. También tenemos varias imágenes que fueron guardadas en el templo de Sallent y por algunos vecinos de Lanuza. El Santo Cristo está en Marracos. Otros objetos han sido devueltos voluntariamente al ver la iglesia reconstruida con tanto esfuerzo, pero hay muchas cosas que faltan y que solo el tiempo desvelará.
Y después de muchos años
esa promesa he cumplido,
pues han vuelto las campanas
y con esta me despido.
LANUZA – FEBRERO DE 2006
MARCOS GRASA PÉREZ DE CASA TOMASÉ
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| Las dos jotas que escribió las cantaron en el programa "Se escribe con jota" de Aragón Televisión, pero él ya no llegó a escucharlas. |
Los que conociamos la historia, la lucha y las traidoradas de la iglesia... Me ha emocionado.
ResponderEliminarMe alegro Luis, muchas gracias y perdón por mis chapuzas.
Eliminar¡Qué emoción me produce todo lo referente a vuestra(y un poco mía)iglesia! He intentado leerlo entero en los originales que has puesto.Un abrazo.
ResponderEliminarYa lo siento, pero en fin, espero que te hayas hecho una idea. Lo que luchó por esas campanas no lo sabe nadie, sólo los del pueblo.
EliminarPara mi esto es increible, como han luchado por recuperar su lugar, la historia de las campanas preciosa. Besos
ResponderEliminarEs muchísimo más larga y complicada, pero lo importante es el final, que las consiguió.
EliminarVarias veces has dedicado entradas a la recuperación de las campanas de Lanuza y cuando las leo siempre me emocionan, por lo que luchasteis para conseguirlo y por la alegría que sentisteis al tenerlas de nuevo en vuestra Iglesia.
ResponderEliminarCon tu permiso hoy quiero copiar una entrada del blog: EL HILO INVISIBLE de Sir John More, es del día 2 de Octubre del 2011. Marcos hacía muy pocos días que nos había dejado, pero todos los que tuvimos la suerte de contarle entre nuestros amigos, compartimos sus palabras y la pena de haberlo perdido.
MARCOS
Para Angelines, porque hundirnos, nunca, ¿verdad?
Si miro atrás, las personas que más me han asombrado, las que me han transmitido más vida han sido siempre héroes anónimos, mujeres y hombres que sin ruido dejaron en su herencia muchas verdades y un gran ejemplo.
De pronto se nos va un hombre enorme, un hombre sereno y decidido que hollaba las montañas como quien descubre en sus laderas e ibones los rincones de su propio corazón; un hombre generoso y valiente que ayudó decisivamente a rescatar a su pueblo de la catástrofe, y lo sacó de entre las aguas de una maldición para que luciera como una joya, ahora doble al reflejarse en el espejo de su victoria. Se ha ido un hombre de nieve blanca, un hombre de aire limpio, que subió hasta casi el último día a las cimas de su paraíso como quien pasea por una llana alameda; un hombre de tierra, un hombre recio como la propia naturaleza, un hombre de risa sincera y luminosa que amó a su gente y la cuidó como el mejor de los padres, como el más ingenuo de los enamorados. Un hombre al que la lejanía me impidió tratar tanto como hubiera querido, pero al que humildemente considero mi amigo. Marcos, un héroe que nunca se irá del todo, un buen hombre al que llevaré siempre en mi corazón.
Antes de responderte he ido al blog de Juanma. De allí he vuelto aquí. No sé ni las veces que he tropezado de la emoción. Yo no puedo recordar haberlo leído, pero hoy ha sido como un encuentro inesperado VOLVER A VERLO en el vídeo, como volver a coger su mano en la puerta de casa.
EliminarGRACIAS LAURA.
Me he leído con mucha atención esta entrada, ya sabes que luego me las leeré todas de un tirón ya que veo el trabajo de todo un pueblo dirigido en muchos casos por tu marido.
ResponderEliminarComo siempre en muchos de estos casos tenía que ser un catalán el que tratara de aprovecharse de algo de Aragón, menos mal que en este caso devolvió la campana.
Me he metido en las tripas del relato por tu comentario inicial y veo cosas extrañas, tabulaciones, centrado de texto, justificaciones y me asombra que haya salido algo, medianamente bien, lo que no logro entender es como lo haces, ya que pensaba que las transcripciones las hacías a mano.
Tendrías que arreglarlo casi línea a línea.
Lo he pasado al otro formato que ya conoces y sigue manteniendo las tabulaciones, pero se lee perfecto, cuando me digas... ya sabes.
Cuando termine espero que me lo mandes todo bien apañadico, por favor, pensaba pedírtelo. Lo copio y lo pego, pero lo de las campanas era otro escrito que había hecho hace tiempo y lo unió. Bueno, cuando llegue el momento ya saldrá un libro bien chulo. Ahora sólo quiero disfrutarlo yo y de paso a quien le guste seguirlo, pero tal cual, exactamente como él nos lo dejó en el ordenador porque no le dio tiempo para más.
EliminarGracias, a Marcos por conseguirlo y a ti por compartir sus escritos.
ResponderEliminarUn abrazo
Sin trampa ni cartón, Pepa.
EliminarNo, me extraña que quieran tanto a Marcos en Lanuza . Gracias por contarnos la historia.
ResponderEliminarSiempre te leo aunque no siempre comente.
Angelines cuando te vuelva a pasar esto antes de ponerlo en el blog copialo y pegalo en un documento nuevo de word, pero copia solo el texto, no el formato, y vuelve a publicarlo, por supuesto, en un entrada nueva no en la que te da problemas. Ya me contarás.
Un abrazo
Ya ves que me lanzo a nadar sin saber, así es que me ahogo de cualquier manera, pero siempre pienso lo mismo: sólo quiero conseguir que se entienda. Después, una vez comprendidas sus historias, pasaré a contarlas pero tal como yo las he vivido ... así sigo con él.
EliminarGracias Chelo por tus consejos, pero temo que se me desbarate todo !!
Querida trimbolera: Te participo que tengo en mis asignaturas pendientes conocer Lanuza. Sé que ello será en primavera o verano, dado que no aguanto en frío tan intens; así que pasaré a conocer ese precioso lugar.
ResponderEliminarUn abraciño,
Rosa María Milleiro
Rosa María, sería una gran alegría y te espero con ilusión. Besicos.
EliminarY con este último relato cierras toda una vida relatada magistralmente. Pero las palabras, la escritura no son suficientes, apuntan hacia el lugar pero no acaban de descubrir la realidad de esa época ya pasada. Necesitamos del corazón, de la mirada sin obstáculos, del entender sin entender, del mirar sin mirar. Necesitamos del sentimiento que no puede explicar pero que llega al corazón, a esa otra realidad que solo puede vivirse desde dentro, contada por una persona como tú, que nos has trasmitido algo más que una historia, un relato.
ResponderEliminarQuiero agradecerte con toda sinceridad tu trabajo que no ha caido en saco roto, que al menos en mi caso, ha calado en lo mas profundo de mi ser reviviendo cada segundo, cada cuesta, cada nevada y cada madrugón para atender la dura labor del campo y la vida en el pueblo.
Debajo del papel queda lo mas importante, la belleza, la pasión por la vida y por la tierra a la que apenas si miramos pero de la que salimos y a ella regresaremos para fundirnos en ese último y eterno abrazo con la inmensidad-
Muchas gracias por todo.
Un abrazo: Sejo
Gracias Sejo, cuando termine con las "Historias" de Marcos, seguiré con lo que yo he visto y vivido a su lado, historias paralelas vistas desde otros ojos. No quería hacerlo sin poner por delante las de Marcos que son las auténticas. Un abrazo y muchas gracias.
EliminarSejo, éste no es el último relato. Lo tenía escrito hacía más tiempo y lo unió aqui, pero siguen sus Historias de expropiación y reversión. Seguimos ...
EliminarMe ha gustado la historia de las campanas y el empeño de Marcos en recuperarlas.
ResponderEliminarPero más me ha emocionado lo que ha escrito Laura y me quedo con esto... " Un hombre de tierra, un hombre recio como la propia naturaleza, un hombre de risa sincera y luminosa que amó a su gente"...
Te lo he dicho en más de una ocasión Ángeles... Has tenido la gran suerte decompartir tu vida con un hombre bueno.
Un beso
Eso es lo que era, un hombre bueno, un hombre que siempre ayudaba en todo lo que podía, un hombre franco y sincero que no temía decir siempre la verdad, gustara o no. Besicos.
EliminarHe leído con emoción este escrito porque he tenido presentes las palabras de Marcos sobre la iglesia. Nos contó casi todo de lo que viene aquí, hasta lo del coche de Barcelona.
ResponderEliminarContaba con tanto entusiasmo, que yo misma me atreví a preguntarle por ejemplo del retablo. Le brillaban los ojos al expresarnos todo. He escrito en la primera línea que he tenido presentes sus palabras, y digo verdad porque nunca las he olvidado.
Un abrazo
Qué increible y loable empeño, recuperar lo que fue del pueblo, lo que a todos pertenecía y qué satisfacción ver como se recuperaban esas campanas. Me emociona leer todo esto, ver como con tesón y la razón de tu parte se pueden lograr muchas cosas.
ResponderEliminarBesos
Para mí, Lanuza y todos vosotros sois ejemplo a seguir.
ResponderEliminar¡No reblar!.
Eso es lo hacéis.
No te imaginas lo orgullosa que me siento aún sin tener nada que ver con Lanuza salvo mi amor por nuestra tierra.
Por muy de Zaragoza que sea (que lo soy), todo Aragón es mi tierra y me entristece que se nos lleven nuestras cosas pues es como si a cada uno nos quitaran un trozo de brazo, de pie... El corazón entero hecho girones y desperdigado.
Cada día me siento mas a gusto leyèndote.
Pochoncicos.