... viene la calma. Ayer fue día de tormentas, unos truenos que retumbaban como monstruos furiosos. Ahora luce el sol, pero le cuesta muy poco cambiar de parecer y lo que es una tarde preciosa puede convertirse, en pocos minutos, en una tormenta. Desde luego, las nubes grises que rondan por el mundo, cuando no saben que hacer, vienen a reunirse al Valle de Tena para celebrar sus aquelarres de agua, fuego y rugidos.
¡Ah! pero cuando vuelve la calma, el Valle es un espejo verde que refleja todos los rayos del sol y el agua brota por todas las grietas de las piedras, haciendo que florezcan las coronas de rey incrustadas en ellas. Florecen a los tres o cuatro años y luego se mueren, es un conjunto de florecicas blancas que toman la forma de una cola de caballo. Podemos verlas siempre orientadas al norte.
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