FUTBOL

¡Que barbaridad! No se oían los truenos de la calle porque, dentro de la Escuela, estábamos todos cenando. Tortillas de patata, longaniza, chorizo, picoteos de todas las clases, melocotón con vino... Las mesas orientadas de cara al televisor que estaba engalanado con la bandera de España... Se levantaban todos los brazos, como si adoraran a Alá o hubieran sido tocados por un resorte... Y seguían los truenos en la calle. Teníamos que acompañar a los futboleros, aunque no sentimos esa pasión, al menos compartimos la cena y su alegría por haber ganado un partido mas, que para eso no hace falta ser aficionada, todos deseamos que al final gane España el Mundial de Fútbol que se celebra en Sudáfrica.