Hoy hemos estado en Sarratones recogiendo y sacando la hierba cortada. Primero dallaba alrededor de cada arbolico, pero ya el año pasado hizo todo el campo. Descolgó su dalla y la horca de madera que tiene expuesta en la pared de la bodega, la afiló y marchó a recordar viejos tiempos. Eso le da mas alegría que pasear por la playa. Vuelve a ser él y regresa a casa feliz.
¡Que pena da tirar la hierba! Cuando vivíamos de la ganadería, en verano era cortada, acarreada y pisada en el hierbero... El invierno era muy largo y aquí, los animales estaban en las cuadras, calientes, dando buena leche y criando hemosos terneros. Los conejos corrían libres por entre las patas de las vacas y las gallinas subían por una palanca al gallinero, que también estaba allí.
Recuerdo todo esto con añoranza y pienso que él no dejó del todo esta forma de vida cuando nos sacaron de casa, porque tuvo continuidad en su trabajo y en la cercanía con los agricultores. Siempre decía "El que ha sido cocinero antes que fraile, sabe lo que se guisa" y eso le sirvió para intentar ayudarles todo lo que pudo.
¡Ya estoy de vuelta en casa! Han sido unos días muy felices...aunque casi he vuelto más cansada que cuando me fuí, a veces querría que mis "peques" no me quisieran tanto y me dejaran en paz algún ratito. Y al leer tu comentario sobre vuestro día en el campo, pienso ¡Que bonito es hacerse mayor y seguir disfrutando de lo que tenemos alrededor en cada momento!
ResponderEliminarTienes toda la razón, vosotros además disfrutaís de vuestras nietas, por eso nosotros tenemos otras vías de escape... como esto.
ResponderEliminarUn abrazo