Que camino mas majo, de verdad que es de cuento. Hay trozos en que los árboles se cierran tanto que parece que vaya a salir el lobo de Caperucita, por el contrario hay lugares tan soleados y abiertos, que al ver las mesas y bancos, piensas que viven por allí los siete enanitos de Blancanieves... Rodea todo el embalse y pasan por él también, caballos y bicicletas.
Me parece a mí que para ver todo lo que me apetecería tendría que pasar allí un año entero. De momento me conformo con tus rutas y las fotos. En Salinas, el pueblo de mi madre, había una casa que mi prima y yo siempre llamamos "la de Blancanieves", porque era tal cual te la imaginabas. Hace un par de años la tiraron y tuvimos la sensación de que nos arrebataban parte de nuestra infancia. Puede que eso sea hacerse mayor, añorar el entorno en el que creciste. Pero imaginación no me falta y Bernardo y yo vamos creando rincones nuevos, con xanas, trasgos y hadas. Incluso, al irse del parque, se despide de los árboles y ellos le contestan con diferentes voces. Es lento, pero divertido.
ResponderEliminarRecuerdo que cuando eran pequeños mis hijos, los llevaba al parque, en Jaca, y con un cubo cada uno, cogían agua de una fuente y regaban todos los árboles... Debo confesar que se entretenían muy bien y luego la imaginación tenía que exprimirla en casa.
ResponderEliminarAl mío le das un cubo y agua y te monta un pantano donde sea, sin necesidad de anegar ningún pueblo. El problema es que él es el primero en mojarse, así que lo tengo convencido que, en invierno o los días fríos, no hay agua en las fuentes ni en los estanques. Algún día tendré que sentarme con él y confesar todas mis "mentiras", espero que no me juzgue muy duramente.
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