EL PATIO

Lo mas valioso que hay en el patio es el suelo, de cantos rodados, puestos directamente encima de la tierra. Cuando va a llover se vuelven negros, pero negros, negros, lo que no consigo yo fregándolos. Este suelo si que tiene siglos... Una reforma de la casa data de 1894, pero esa no es la fecha de construcción. Antes de marchar, teníamos allí una cadiera. Ahora está el arca hecha con la madera que quedó del granero. La piel es del choto, la cabeza y las patas las mandamos disecar y en el cuello luce la esquila grande, del 8, con el collar de clavos relucientes formando las iniciales del amo de la casa. Ahora está de perchero en Jaca.  El cuadro de piel con marco de cristal, está hecho totalmente por Mariajo, tuvo la delicadeza de escribir la canción "Bahia Lanuza" de Angel Jimenez, poco antes de publicarse y dos preciosos dibujos de la Iglesia y las campanas. Encima, colgado, está el arado y apoyado en él hay un tajo de jabón del último que hicimos antes de marchar. La llave, era la de la puerta de entrada. Mas arriba hay un yugo, pero no se ve. Al otro lado, una colección de fotos, todas anteriores al embalse y que Silvia amplió y enmarcó en un taller de fotografía francés, en Rennes, cuando estaba con una beca de estudios. Al lado de las fotos... los palos del palotiau. Debajo de la escalera, en el mismo patio, el botijo del abuelo y los zuecos de madera de mi número, que compramos en Asturias, en Pola de Siero, durante el viaje de novios. En otro rincón, la manta tensina con las cardas y los husos. Un puchero de tierra de hacer la conserva, con flores secas de por aquí y la tinaja de matar las olivas... Las cosas pequeñas que pudimos guardar en el piso o en el trastero, han vuelto a Lanuza, pero todo lo demás se lo llevaron.