Ya se le puede llamar rey, ya...! Para nosotros es una tradición imposible de cambiar. Año tras año ha sido lo mismo, desde siempre. Cuando el abuelo Melchor bajaba a la Tierra Baja con las ovejas en la época de la transhumancia, subía para Noche Buena a casa, a Lanuza, entraba en el Mercado de Zaragoza y compraba un besugo para cenar. Yo, he seguido la tradición... costara lo que costara... pues el precio no es el mismo que entonces, pero estamos todos de acuerdo en continuar y además ... está buenísimo. Este pesa un kg y medio, pero hemos llegado a comer de tres kgs cuando estábamos todos.
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