Esta mañana he ido temprano a nuestra segunda casa. Tocaba análisis de sangre. Colas y más colas pero también encuentros muy agradables con conocidos con los que se puede comentar, primero el tiempo y despúes la causa de estar allí. El tiempo es algo tan recurrido que todos se apuntan a dar su versión, pronóstico y consecuencias ... todo. Pasar a las causas ya es más íntimo, aunque siempre hay quien se desahoga contando sus enfermedades desde que pasó el sarrampión y todas malísimas. En fin, que tenía el número 27 y no he tardado mucho. Como aconsejan estar unos minutos con el algodón apretado, me he ido del barullo a otra sala de espera que estaba silenciosa y tranquila ... allí he reflexionado y me he convencido de que me encuentro muy bien (comparando),aunque se haya atascado el freno en el pie.
Como bien dices, en muchas de nuestras conversaciones, hablamos del tiempo o nos quejamos.
ResponderEliminarNos hemos acostumbrado a quejarnos, y lo hacemos constantemente. Nos quejamos del frío, del calor, del tráfico, de que estamos cansados, de lo que nos duele...de todo.
El que nuestras conversaciones estén llenas de quejas, solo sirve para que nos centremos en el problema, en lugar de buscar soluciones.
Si algo no te gusta, cámbialo. Si no puedes cambiarlo...CAMBIA LA FORMA DE VER LAS COSAS, Y LAS COSAS CAMBIARÁN DE FORMA.
Esta fórmula tendría que aplicármela yo la primera. Pero imitando a Chiquito de la Calzada, hoy tengo un día en que: “NO PUEDO, NO PUEDO”
Pero prometo que mañana lo voy a intentar.
Es que hoy no tienes a Lucía, será como una resaca, estos días tanto y hoy nada ... "cambia la forma de ver las cosas, y las cosas cambiarán de forma" ... ¡Me está haciendo pensar la frasecita!
ResponderEliminarContaba un humorista de Tudela, El Señor Tomás, ya fallecido, que a la consulta del ambulatorio concurrían todos los días dos amigas. En una ocasión acudió solamente una y el médico, extrañado, le preguntó:
ResponderEliminar-¿No viene hoy la María?
-No, que está mala. Respondió la otra.
A veces parece que se va más de tertulia que a otra cosa.
Un saludo
Y bien que nos animamos a charlar, menos mal que ya estamos más concienciados para hacerlo sin gritar mucho!¡Que gracia con la María!
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