Ayer estuvimos en el Museo del calamar gigante de Luarca y después visitamos el Museo de la Vida, lo lleva la misma organización. Nos hizo la visita guiada Luis, el responsable, un viajero impenitente y un enamorado de la Tierra y sus habitantes (me refiero a los animales). Fue muy interesante, y tuvimos ocasión, niños y mayores, de coger y acariciar serpientes (intentaré pasarle las fotos a Trimbolera para que las veáis) y Bernardo estaba entusiasmado, también tocó un polluelo de halcón de sólo 10 días y los niños mayores dieron de comer a unos pájaros de la familia de las lechuzas. Estuvo jugando con un mastín inmenso que terminó por hacerlo caer al subirle las patas encima y lo lamió por todas partes, se moría de risa en el suelo. Y el viernes trasplantamos los claveles turcos cuyas semillas plantó en el cole. Espero que siga así, porque yo sí creo que animales y plantas sufren, y no pienso que seamos los más listos ni los mejores, no hay más que ver las cosas que somos capaces de hacer.
Me ha hecho una inmensa ilusión tu comentario y todo lo que cuentas es emocionante. Si me mandas las fotos por correo electrónico yo puedo pasarlas al blog encantadísima y las disfrutaremos tanto que ya lo estoy deseando.
Nos creemos superiores a los animales sólo porque nosotros lo decimos. ¿Qué opinan ellos?
Ayer estuvimos en el Museo del calamar gigante de Luarca y después visitamos el Museo de la Vida, lo lleva la misma organización. Nos hizo la visita guiada Luis, el responsable, un viajero impenitente y un enamorado de la Tierra y sus habitantes (me refiero a los animales). Fue muy interesante, y tuvimos ocasión, niños y mayores, de coger y acariciar serpientes (intentaré pasarle las fotos a Trimbolera para que las veáis) y Bernardo estaba entusiasmado, también tocó un polluelo de halcón de sólo 10 días y los niños mayores dieron de comer a unos pájaros de la familia de las lechuzas. Estuvo jugando con un mastín inmenso que terminó por hacerlo caer al subirle las patas encima y lo lamió por todas partes, se moría de risa en el suelo. Y el viernes trasplantamos los claveles turcos cuyas semillas plantó en el cole. Espero que siga así, porque yo sí creo que animales y plantas sufren, y no pienso que seamos los más listos ni los mejores, no hay más que ver las cosas que somos capaces de hacer.
ResponderEliminarMe ha hecho una inmensa ilusión tu comentario y todo lo que cuentas es emocionante. Si me mandas las fotos por correo electrónico yo puedo pasarlas al blog encantadísima y las disfrutaremos tanto que ya lo estoy deseando.
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