Esta mañana hemos bajado a Barbastro. Al salir de Lanuza, llovía gotarrones gordos mezclados con granizo, pero al llegar a la presa ya salía el sol un poco revoltoso porque no ha dejado de jugar al escondite durante todo el trayecto. Los campos de la Hoya de Huesca parecían extensas alfombras doradas, muy diferentes del intenso verde de meses atrás, la cosecha de los cereales ya está recogida y esto demuestra el paso del tiempo que, al igual que su representante el reloj, pasa y traspasa como el viento, se sienten las horas pero no se ven. Otro cambio que demuestra el paso de los días es la reforma que han hecho en el bar del Hospital, muy acertada y cómoda. La entrada al recinto es muy agradable, parece el hall de un hotel.
Todo ha ido bien.
Otro mes de tranquilidad.
Me alegro de que todo haya ido bien. Un beso
ResponderEliminarGracias Chelo. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarMe alegro Trimbolera. Te deseo lo mejor del mundo.
ResponderEliminarMuchas gracias Marisa. Un beso.
ResponderEliminar