Tenemos en la entrada del piso una percha que la forman las cuatro patas del choto (macho de la cabra) que disecamos al bajar de Lanuza. La cabeza se partió y está en el trastero esperando que alguien pueda arreglarla, tarea que parece imposible. El caso es que las cuatro patas siguen en su puesto y sobre todo la esquila, con las iniciales, que colgaba del cuello del animal cuando presidía el pasillo ostentando su hermosa cornamenta. Contaba el abuelo que recién llegado de yerno, encargó todas las esquilas del ganado a Francia y no se le ocurrió otra cosa que poner sus iniciales con toda la ilusión. Cuando llegaron y estaban ya dispuestas para colocárselas a las ovejas, el abuelo Marcos, su suegro, se las hizo devolver todas, no consintió otras iniciales que no fueran las suyas. El abuelo Melchor lo contaba riendo ... ahora, pero entonces ... que poca risa les daría a ninguno de los dos !!
ya sabes como son en los pueblos. los de fuera somos de fuera y deben dejar claro quien manda para que nadie pase por encima de ellos.eso sigue siendo ahora. en ese sentido hay gente cuya mentalidad no cambia aun en el año 2012. su casa y su gente son suyos y no se consiente...bueno que te voy a decir.
ResponderEliminarsupongo que al hombre que lo hizo con toda su buena fe le dolería en el alma.
un besete desde la tierra media
Al ver el perchero, he recordado una entrada que pusiste en junio del 2010. “El choto ojinegro”. Teníais una pegatina en el coche y Marcos decía, que no era un choto cualquiera, que ese es el del Valle de Tena.
ResponderEliminarEn cuanto al incidente de las esquilas…Buenos eran los mayores en los pueblos...No soltaban el mando mientras vivian y todo el que se incorporaba a la familia, debía acatar sus usos y costumbres.
ÉL quería un choto de esos y se lo consiguió Mariajo.
ResponderEliminarLos dos hombres eran de temple, sobre todo el abuelo Melchor, así levantó la casa.
Anonimeta, pues no sabes lo que le dolió, le costó pero vendió todas las esquilas. Esas cosas siguen aunque de otra manera, pero siguen.
ResponderEliminarMuy bonita histira..un beso desde Murcia...
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