Aquí tengo al Berni jugando con un coche que puede volar gracias al polvo de hada. Acabamos de escribirle una carta a su mejor amigo y mañana la llevaremos a un buzón porque hoy lo he castigado sin hacer el "envio". Pasamos por delante de la Universidad Laboral y me empezó a preguntar qué era ésto, qué era aquello... así que aparqué y entramos a hacer una visita, hasta ahí bien, jugamos con las goteras, con los charcos y por los "pasadizos", pero al salir iba montado en una escoba voladora (el paraguas) que decidió desobedecerlo y correr entre los coches aparcados, con el peligro de que alguno decidiera arrancar y lo atropellara. Como él es el responsable de controlar su escoba mágica, lo he castigado a él por dejarlo que se desmande.
De mamá Paz
Buen razonamiento pero seguro que tuvo algo que decir.
ResponderEliminarPues igual te has excedido en el castigo, yo creo que Berni lo habrá intentado, pero es que las escobas voladoras deben ser difíciles de controlar. Pero lo que si sé, es que a mi me gustaría mucho tener una...y también tener por alrededor a alguien con esa imaginación
ResponderEliminarEs precioso el dibujo, parece hecho a propósito para la historia. Por aquí se ve que los abuelos son unos blandos, y yo también, no creais, pero procuro ser dura con aquello que puede ser peligroso para él, en lo demás le doy mucha cancha. Y el castigo fue una chorrada, le di a escoger: o no mandar la carta hasta el día siguiente, o no comer más galletas. Escogió lo primero, la amistad es importante, pero las galletas parece que más (es que tenían chocolate).
ResponderEliminarYa me parecia a mi.
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