La orquidea y Bolo

Ya estamos en Jaca.
Bolo ha encontrado rápidamente su sillón favorito.
Nada más entrar en casa me ha recibido la orquídea que dejé a medio florecer. Está preciosa.

Bolo me mira medio dormido, se debe de estar preguntando el por qué hemos bajado cuando quedaban tantas moscas por cazar. Esa mirada de felino ... también me dice que cuando se despierte su instinto cazador va a ir a por mi ... No tardará mucho en esconderse por las esquinas y saltar cuando menos lo espere ... es que yo soy la única cosa que se mueve en el piso y está resultando verdad lo que dijo jmasinmás: "ahora es tu juguete pero después serás tú el juguete de él".  A medias andamos. Compartimos los días y las noches, me espera en casa a que yo llegue, donde estoy yo él también está, es limpio y suave que parece que cojo una bola de seda y cuando hace "ron... ron..." entonces ya me lo comería!

La orquidea, despues de rodar por el suelo varias veces, debido a los abrazos de Bolo,  por fin tiene su sitio y ya no la toca, es como si la hubiera admitido en "su" casa haciéndole un favor.