Mi paseico

Mientras se hacía la hora de coger el autobús para bajar al cementerio, he dado una vuelta por los glacis de la Ciudadela. Los cañones siguen imponiendo respeto.

La entrada al Castillo de San Pedro, más conocido como  "La Ciudadela".

Me gustaría ver los ciervos ...

... y aquí están en la sombra del foso.

He cogido el autobús puntualmente y he llegado en diez minutos a mi destino, en todos los sentidos.

El regreso por el camino, paseando, ha sido una delicia porque se puede ver el Valle del Aragón con Collarada al fondo, hoy envuelta en nubes.

Las huertas de Jaca, por la ribera del río, alegran el amplio valle.

Este pobre espera una caricia porque está más cansado que un perro.

También he pasado por el huerto y me encantan las flores.

Pasando por el otoñal paseo de Manuel Gimenez Abad (asesinado por ETA) he llegado a casa contenta de haber retomado la buena costumbre. Los próximos días son un poco como la Navidad, deseo que pasen pronto porque las acumulaciones de esas jornadas especiales, como el Pilar o Todos Santos, me hacen daño, no me gustan, no hay forma de encontrar un lugar en el que no se viva la fiesta ... no lo puedo superar ... yo creo que cada vez menos.