Cuando llega la noche sé que me espera un libro en la mesilla y me produce un cosquilleo de felicidad. Por el día hay multitud de sorpresas, quehaceres, otras cosas ... pero a partir de las diez el tiempo es mío, sólo mío y mi cita con el libro es el postre de la jornada. Siempre he leído antes de dormir, pero la ausencia de Marcos me impedía concentrarme, he tardado mucho hasta que lo conseguí otra vez.
Cuando Bolo me ve con la cámara corre a coger sitio. No es casualidad, quien conozca bien a los gatos sabe que se ponen donde quieren, no donde deseamos nosotros. Es el complemento del libro y él lo sabe, por eso ha dado un salto y ha dicho: yo también !!
Los libros y Bolo son las dos caras de la misma moneda, por un lado la quietud y por el otro el movimiento, pero siempre fieles y llenando mis silencios.
Tener algo para llenar los sentimientos es motivo de felicidad. Un abrazo
ResponderEliminarPues acabará siendo una auténtico gato ilustrado... Muy bueno. UN abrazo
ResponderEliminarLlenaste bien esos momentos de silencio: libros y Bolo, que parece estar siempre listo para salir en las fotos.
ResponderEliminarUn buena lectura es la mejor forma de terminr el día.
Besos y buen fin de semana.