Carretera a la presa |
Cuando paso cerca de estos zaborros enormes, piedras que se han soltado de la montaña, pienso en la fuerza de la naturaleza y en el momento en que se cayeron. Esta, que se encuentra al lado de la carretera, parece un jarrón que hubieran puesto en la orilla, pero hay más del mismo tamaño, distribuidas por las cercanías lo que hace pensar en un fuerte desprendimiento que sucedió hace mucho tiempo, aunque no tanto como parece, porque la abuela Orosia nos hablaba, de que se contaba, que una vez bajaron tantas piedras que deshicieron los huertos. También recuerdo que, cuando Marcos investigaba el árbol genealógico de casa Tomasé, encontramos que un familiar había fallecido por caerle una piedra cuando estaba cortando leña. El año pasado, un día que pasábamos por la Portiecha escuchamos el ruido de un fuerte desprendimiento que no pasó del pinar pero nos quedamos mirando, sorprendidas. La verdad es que dan respeto algunos tramos, no es la primera vez que caen con tanta fuerza que rebotan en la carretera, dejando un agujero. Más triste fue el suceso de hace unos meses cuando, por el lado francés, cayó una dentro de un coche matando a la mujer embarazada de siete meses. Las montañas están vivas y demasiado a menudo les da por jugar a las canicas.
Pues menos mal que no paso del pinar.
ResponderEliminarEso, eso ...
EliminarCuando pescaba, me gustaba ir a la cascada del Sorrosal en Broto, de vez en cuando me decían, ojo que en invierno cuando estamos jugando a las cartas en el Bar 27 oímos un fuerte golpe y todos a una decimos otro pedrusco que se ha desprendido en la cascada.
ResponderEliminarYo me quedaba pescando en mitad de un enorme peñasco que había en el centro y de vez en cuando oía un ruido viendo que se desprendía un piedra del tamaño de una maceta grande, arrastrando infinidad de pequeñas piedras. En la actualidad hay carteles que anuncian de la peligrosidad de acercarse por la parte derecha que es donde suele haber pequeños desprendimientos en verano.
La verdad es que es peligroso andar por algunos riscos pero qué le vamos a hacer !!
EliminarReencontrarse con la naturaleza, en muchos y diferentes niveles, nos reconcilia con la vida que, cuando hemos perdido un ser querido, nos parece tan cruel, como carente de toda lógica.
ResponderEliminarContemplando un paisaje desde la cima de una montaña es fácil que los sentimientos afloren y uno tienda a evocar a las personas que ya no están.
“Envejecer es como escalar una gran montaña: Mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre y la vista más amplia y serena.”
Ingmar Bergman
Por los caminos, entre bosque y montaña, se puede hablar con quienes tenemos en el infinito, es algo que a mi me llena de paz.
EliminarEn el valle de mi madre hay un dicho: A la piedra que rueda no le crece el musgo. Y no es infrecuente que le acompañe otro que dice ¿Qué no aprende aquel que camina/viaja?
ResponderEliminarAhora bien, estas piedras de tu entrada, son de cuidado.
https://www.youtube.com/watch?v=vmfC7VY5Ods
Aquí si que había un buen zaborro !!
EliminarLa naturaleza es vida y está en constante evolución, aunque a veces nos juegue malas pasadas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas veces nos demuestra su poder.
EliminarAndate con cuidao que esas "chinitas"hacen pupa.
ResponderEliminarUn beso.
Menos mal que no nos pillan.
EliminarSiempre que caminamos por un sendero, por una carretera de montaña junto a paredes de rocas y leemos: "desprendimientos" pensamos ¿qué podemos hacer? Lo cierto es que la naturaleza está viva, pero la caida de piedras sobre las personas es una lamentable noticia.
ResponderEliminarBesotes
Ana y Víctor.
Es verdad, esas advertencias poco ayudan.
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