LEÑA

Ya han empezado a cortar los árboles marcados. Ayer a las 4 se reunieron con el forestal, siete de los quince apuntados, para sortear los lotes que les tocó a cada uno. Hoy, Matías y Marcos, a las 8 de la mañana, ya han subido a la Selva de Sallent armados de motosierra, astral y mochila con el almuerzo. Han estado hasta la una, pero a Marcos se le ha estropeado la motosierra a las doce... La máquina sabía muy bien que ya era hora de parar y así lo ha hecho, sin mas.

¡Que maja está la pila cuando está en casa! Pero antes que llega ese momento aún hay que sudar con ella. Se dice "La leña calienta dos veces, una cuando la haces y otra cuando la quemas" Pero no es exacto, hay muchas mas: cortarla, apilarla, traerla, descargarla, abrirla, serrarla en tacos y volver a apilar. Eso si va a su sitio definitivo y si no, se repite parte del trabajo. Lo que pasa es que cuando por fin la quemamos... se tiene una sensación única, el calor es inimitable y el fuego además de hacer compañía te transporta a mundos remotos, es algo religioso, misterioso y mágico.

(De los mosquitos... mejor no hablamos!!!)