ANAMARY

Mi amiga de la infancia, Anamary. Siempre juntas, en la escuela y en la calle. Una vez, no se que le hice que no recuerdo, en clase no podíamos movernos y mucho menos pegarnos, así que me prometió una patada, que me daría al salir. Pasamos las horas juntas como si nada y, en la calle, ya lo creo que cumplió la promesa, sin decir nada... ¡Me soltó una que aún me duele!. Teníamos una maestra que de cualquier manera te daba una bofetada, pero con Anamary le resultó un problema. Cuando le quiso pegar, ella se agarró a su falda y le dio una patada que le rompió las medias... lo que pasó después no me acuerdo. ¡Tenía un arte para levantar el pié! Era la única chica de seis hermanos, le tocaba defender su voluntad y bien que sabía hacerlo. Hacíamos muchas cosas jugando. Cuando veo por los caminos unas ramitas con una flor azul en las puntas, me acuerdo que nosotras le poníamos bolitas de colores, de la plata del chocolate o de los caramelos; también la flor del jabón, que hacía espuma al estregarla con agua; la planta del arroz o de las tortillas... En fin, recuerdos que se reavivan al ver las ramitas esas por los caminos, porque... también fuimos niñas.