CIERVOS

Hoy hemos estado en Jaca. Al encontrarme con mis vecinos he sentido la alegría de volver a casa. Todo estaba igual, después de regar el boj y de darle cuerda al reloj de pared, he salido a comprar y ya era mediodía cuando me he acercado a la Ciudadela para ver a los ciervos... y sí estaban, pero en la sombra, claro. Habrá unos quince, mas o menos. Un año llevaron a uno de los machos a Bescós, para que se uniera a los que hay por allí libres y el pobre animal, volvió a su "hogar". Una noche vieron como saltaba al foso, donde estaba "su familia". Yo los miro desde la ventana, en invierno están tranquilos echados sobre la nieve, cara al sol, destacando su silueta oscura; pero en verano, por el día se esconden en las sombras y por la noche se les puede ver paciendo a sus anchas, pues está todo iluminado. En la época de celo se oyen sus berridos, braman igual que toros bravos.