
Ya dicen adiós las rosas rojas del rosal. Al igual que una ola se movían con el aire, todas juntas, agarradas a la barandilla de La Cuadra formando una espesa banda roja. Las tormentas pasadas arrancaron y rompieron los pétalos, esparciéndolos por las calles, pues por todas había y en el corral sobretodo a paladas. Ahora se quedan las hojas tristes y solas hasta otra primavera que volverá a florecer, creo yo, con la misma fuerza y color. Ya tiene sus años, la plantamos en el bación de la fuente cuando terminamos de arreglar la casa en 1998. La arrancaron y tiraron a los escombros cuando arreglaron los alcantarillados de las calles. La encontró Marcos y la replantó en la era, hasta que en el 2002, la trasplantó al corral, junto a la pared de La Cuadra. Si pudiera hablar... contaría una parte muy importante de la historia de Lanuza... Ha sido testigo mudo de todos los progresos, pero mas historias podría contar el rosal blanco del rincón de la puerta de la lonja de la Iglesia, porque dicen que ha estado "siempre" y sigue floreciendo año tras año.
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