Es la época de caza. Los fines de semana, sobretodo, se ven pasar los todoterrenos con sus remolques de perros y de vez en cuando, suenan los secos tiros, seguidos de los ladridos. No me fío mucho de ir por los caminos... ya se sabe que un animal asustado es muy peligroso, y más si va herido. Se han dado casos de graves percances. Los jabalíes son el blanco de todas las escopetas y salen hasta por la carretera, desorientados, provocando accidentes. Hay en Sallent dos, que los han criado desde pequeños... no es un animal que inspire ternura, el sentimiento es de distancia recíproca, pero son seres vivos que sienten... por encima de todo, miedo.
Detrás de mi casa está el monte y los jabalíes tienen por costumbre bajar de noche a los huertos a comer lo que pillen. Un día nos tropezamos con un jabato en la puerta y, cada vez que hay visitas nocturnas, los vecinos planeamos cómo cazarlo para cocinarlo entre todos, pero claro ¿quién le pone el cascabel al jabalí?. Así que año tras año seguimos haciendo planes y él sigue comiendo y riéndose de nosotros, porque sabe que somos inofensivos.
ResponderEliminarTenemos unos arbolicos frutales, jóvenes, la poca fruta que resiste a las heladas, pedriscos, pájaros y mil insectos... llegan los jabalíes y se rascan en el tronco para que terminen de caer y comérselas. Está vallado, pero entran.
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