La nieve nos rodea pero no ha tomado aún posesión. La noche de cierzo fuerte y frío ha dado paso a un día precioso, que no sé en que terminará, porque ya se sabe que en la montaña los cambios metereológicos son bruscos e imprevisibles, aún en verano no dejamos nunca la chaqueta... por si acaso. Nos terminamos de vacunar para la gripe y desde el Centro de Salud se podían admirar las orgullosas montañas, con su mantilla blanca, cuando el sol empezaba a acariciarlas. También he ido a ver a Calcetas y Lara que me han recibido con alegría... saben que algo bueno se van a comer!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR TU TIEMPO.