Aquí están para comerlos, maduros y ricos, mis tomates. Los hemos tenido en la era en tres latas de pintura. Los he regado todo el verano subiendo la regadera llena de agua, atados para que no los rompiera el aire de las tormentas, con un plástico de quita y pon por si caía granizo y... aquí está la cosecha, mas dos que ya nos comimos. Pues me hacen mucha ilusión porque saqué la simiente de uno gordo y, siguiendo todo el proceso hemos llegado al final.
Puedo imaginar el sabor de estos tomates. De los auténticos de antes. Que privilegio el vuestro, teneis la tierra, el clima, el agua y el cariño con el que los habeis cuidado. TODOS LOS INGREDIENTES NECESARIOS, para que sepan a gloria!!!
ResponderEliminarTu si que estás en la huerta del mundo, lo demás son mas ilusiones que resultados, pero muchas gracias por entenderme.
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