Ya tenemos al cierzo embrutecido y salvaje. Las hojas de los árboles van en bandada como si fueran pájaros huyendo, las nubes se han escapado todas dejándole vía libre a la Luna que no tardará en aparecer. Sopla y silva, como si un ejército de fantasmas empujara las persianas, queriendo entrar. Las ramas, casi desnudas de los árboles, se agitan como manos esqueléticas que reparten sus últimas hojas. El silbido del cierzo trae a mi memoria historias y cuentos ancestrales, de brujas y aparecidos !!!Hemos pasado por el Rompeolas, menos mal que no hay olas porque de lo contrario hoy hubieran llegado hasta la Peña Oroel.
Cada vez que te oigo (o te leo) hablar del rompeolas me suena rarísimo, para mí un rompeolas es el sitio al que vas a ver cómo las olas saltan por encima de un muro alto, alto y, desde luego, hay agua, y mucha. Me pasó algo parecido cuando, durante un viaje en tren a Tarragona, con gente de distintas provincias, una chica de Logroño dijo, refiriéndose a ella y a mí: "Nosotros, los del Norte..." y pensé, el Norte es Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y para de contar. Pero, claro, frente a un andaluz sí que es norte (eso sí, no con mayúsculas, no es por discriminar, es por matizar). Hasta ese momento nunca lo había visto así.
ResponderEliminarNo se quien ni cuando le pondrían al mirador "Rompeolas", supongo que sería en chunga y así se quedó.
ResponderEliminarEso que cuentas "del Norte" pasa como aquí el Valle de Tena, cuando se habla de esquí hay montones de pueblos que dicen ser del valle y a Marcos se le llevan los demonios.