Hace dos años fuimos en un viaje, varios autobusas de la diócesis, a Lourdes. Nosotros salimos los cinco desde Lanuza. Fue un día precioso y muy bien organizado, siempre ocurren incidencias cuando los grupos son tan grandes y de distintos lugares, pero el recuerdo es muy agradable. Se suelen organizar viajes muy a menudo, por la cercanía podríamos llamarlos "excursiones". Está al otro lado de la frontera, muy cerca. Contaba la abuela Orosia, que una vez también fueron desde Sallent y Lanuza, en Lourdes llovía y compraron paraguas (Es muy habitual que aquí haga un sol espléndido y nada más entrar en Francia haya que coger el chubasquero) Al regreso, en la frontera, los guardias les quitaron todos los paraguas ... y eso que estaban usados !!
Ir a Lourdes es entrar en otro mundo, es comprender que hay mucha gente enferma y que tenemos suerte de estar como estamos. Ese es el milagro. La conformidad.
La foto de izquierda a derecha, Esperanza, Sebastián, Antonia y nosotros dos.
La foto de izquierda a derecha, Esperanza, Sebastián, Antonia y nosotros dos.
Hace años paramos en Lourdes a la vuelta de un viaje y, como llevábamos a Amarok, tuvimos que entrar por turnos porque a él no lo dejaban pasar de la verja. Cuando estaba esperando se acercaron dos señoras mayores a acariciarlo y empezamos a hablar en francés. Después de un rato de esforzada conversación una de ellas se vuelve a la otra y le pregunta en castellano perfecto "¿Cómo se dice cachorro?". Resultó que eran españolas, navarras creo, y me tomaron por francesa, a mí me pasó lo mismo con ellas y estuvimos haciendo el tonto un buen rato. Nos hizo mucha gracia, eran muy simpáticas (en los dos idiomas).
ResponderEliminar¡Que bueno! Ya imagino la risa que os daría. A Marcos le pasó en Holanda que entraron a un café y con apuros pidieron lo que querían y el camarero se vuelve y dice "¿Queréis un carajillo?" Menuda alegría !! (era de Jaen)
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