Hemos podido conservar cuatro talegas como muestra y están colgadas en una palanca debajo del tejado, han vuelto a su sitio de toda la vida. Es lo que se tenía para acarrear las patatas desde el campo hasta la casa cargadas en las portaderas de los machos. Se utilizaban como unidad de medida, para saber la cantidad que se recogía contaban las talegas. Estaban hechas de lana de oveja blanca y negra, formando unos cuadros. Cuando se rompían por el uso se recosían y se volvían a zurcir mil veces. Al expropiar el pueblo y bajar a Jaca, las colgamos en una barra dentro del garaje, pero no se han conservado más que cuatro y las tengo como un tesoro.
Hola , ya estoy de vuelta y dispuesta a leerte y comentar.
ResponderEliminarSi fuese hoy el dia que se rompiesen se tiraban pues eso de zurcir ya no se lleva.
Besos
Talega:
ResponderEliminarBolsa de tela grande fabricada con cáñamo, que tenía la capacidad de una fanega y media de grano, mientras que los sacos eran algo más pequeños y cogían sólo una fanega. Se empleaban para guardar o transportar todo tipo de productos del campo, como cereales, harina, legumbres, patatas o hierba.
Al ver tu entrada sobre las talegas, que también se usaban en mi pueblo, me he acordado de una expresión que también usábamos con frecuencia: “Talegazo”, que significaba: Caída o golpe fuerte. “Me di un talegazo que no veas”.
Pues yo me di muchos talegazos de niña y seguramente mi “Ángel de la guarda” tuvo bastante trabajo, porque nunca me ocurrió ningún percance grave, aunque si, muchos arañazos, magulladuras y hasta alguna mordedura de perro.
¡Bienvenida Chelo! Unas venís y otras nos vamos. Así es el verano. Saludos
Chelo, te encontraba mucha falta, me alegro mucho de tu vuelta.
ResponderEliminarNi zurcir ni coser un botón, menos mal que estamos las madres y abuelas !!
Laura, los talegazos son tremendos, no es una caída ligera, es caer a peso.
ResponderEliminarUnas venís, otras os vais y algunas ... no nos movemos y aquí os esperamos. Lo importante es volver bien y juntarnos otra vez.