Lo que otros años era, más que un trabajo, una diversión ... éste ha sido muy diferente. Bajaron la leña de la Selva de Sallent con los correspondientes permisos, sorteos y pago, precisamente el día que Marcos se encontraba peor. Javi, con la ayuda incondicional de los amigos que no fallan, la cargaron y descargaron en la era. Al día siguiente la apilaron y allí está bien maja para tranquilidad de Marcos que sigue reponíéndose día a día. Todos los trabajos requieren la condición de estar bien de salud, de otra forma se convierten en sufrimiento. Éste ha sido el último año. Cuando haga falta se comprará y así daremos trabajo a los que se dedican a esa labor dura y poco reconocida. Cuando nos digan el precio por kg de leña nos acordaremos de lo que hay que sudar antes de verla cortada, serrada y apilada para dar la razón al dicho: "El que hace leña se calienta dos veces, una haciéndola y otra cuando la quema"
No hay cosa mas importante que hacer un trabajo para saber valorarlo a los demás cuando lo hacen ellos.
ResponderEliminarCuanta razón en lo de calentarse dos veces, e incluso tres veces.
ResponderEliminarPero la salud es lo primero y si hay que comprar pues se hace.
A cuidarse.
Luis, es verdad, valorar el trabajo de los demás es cosa difícil, a veces no lo hacemos suficientemente.
ResponderEliminarDolorss, te voy a contar las veces que nos calentamos con la leña: cortarla y apilarla en el monte; cargarla en el remolque, varios viajes; descargarla, serrarla y apilarla en la era hasta que se termina la del leñero del año anterior, entonces se baja y se vuelve a apilar.
ResponderEliminarPero que a gusto se está al lado del fuego (con la clefacción encendida) en días fríos de invierno viendo las llamas como se retuercen !!