No sé como puede tener tantas ganas de jugar. Le arrugo un papel en las manos, se lo tiro al suelo y salta como un patinador en el hielo, piruetas imposibles, carreras desbocadas ... es la agilidad hecha gato. Uñas como alfileres también tiene a miles, retráctiles y rápidas, dispuestas a escalar ... por eso se llamarán "pies de gato" las zapatillas de los escaladores.
Me dio Pedro, el veterinario, un guante que es un gran invento, podemos jugar sin peligro de arañazos, aunque no nos libramos del todo pues en medio de la juerga ... zas !! Pero es la sal de mi vida, el ron-ron me enternece del todo, me sigue con sus juegos y carantoñas y lo principal de todo: me espera en casa.
Trimbolera,como ha crecido Bolo.
ResponderEliminarBuen invento el guante,me imagino la gran compañia que te hace y lo bien que te lo pasarás con sús travesuras.Un besete
Carmen, Bolo parece más pequeño en la foto porque el guante es grande, pero le han crecido las patas como las piernas de los adolescentes y las maneja que ni se le ven cuando corre. Besico.
ResponderEliminarBolo, bolo... muy mono si señora, pero protegiéndonos ¿verdad?
ResponderEliminarLas mascotas siempre son una delicia, cuánto cariño y compañía dan y a cambio qué poco piden.
ResponderEliminarUn saludo.
Luis, aún así llevamos las manos marcadas, pero a pesar de todo es lo mejor que he podido hacer, tengo en casa la mejor compañía y él sólo espera una caricia y la pide. Pero cuando juega se le escapa la uña !!
ResponderEliminarXurde, dan mucha compañía y, en el caso de un gato, no pide absolutamente nada, él se administra su comida, hace sus cacas en la caja, es limpio y no hay que sacarlo de paseo, silencioso, mimoso, gracioso ... yo estoy encantada. Cuando me voy lo dejo de dueño y señor, siempre me lo encuentro durmiendo, le entran las ganas de hacer locuras cuando estoy con él, si está sólo se va a dormir.
ResponderEliminarTrimbolera amiga. Tú no tienes un gato, el gato te tiene a tí. Ja,ja
ResponderEliminarMarisa, ya lo creo, el gato es el centro de atención, mis hijos vienen con la ilusión de jugar con él y yo vuelvo a casa pensando en su ron-ron.
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