Después de hacerle un ratito de compañía a Marcos y dejarle unas florecitas secas al lado de las edelweis, he ido a la Catedral para llevarle la rosa a la Pilarica. He podido entrar a su altar y ponerla en un jarroncito verde con un poco de agua que me ha dado Pili, de la floristería "El Cisne", además he visto que había una vela encendida detrás del pilar, eso me ha sorprendido muy gratamente. He subido a casa doblemente reconfortada. Son sólo gestos, símbolos, pequeñas cosas que llenan los rincones de nuestra alma, se ensancha como un globo, respiras hondo y sale una sincera sonrisa que va al lugar a dónde ella sabe que la esperan junto con las lágrimas cuando se evaporan. Siempre digo que si en algún sitio está Marcos es cerca de la Virgen del Pilar y yo voy a donde sé que puedo encontrarlo a él.
Es curioso.
ResponderEliminarYo no es que sea atea. Desde luego tengo mi fé aunque no comparto las ideas de ninguna religión concreta pero en cuestion de la "Pilarica" ya es otro cantar....
No puedo pasar al lado del Pilar y no entrar a verla aunque sólo sea para "saludarla".
Me siento bien delante de ella y en casa no falta su imagen.
Pochoncicos.
Y conforme pasan los años, acumulamos inmensas dudas, pero a la vez se refuerza todo aquello que nos enseñaron, todo lo que nuestros padres nos pasaron y que a su vez les inculcaron a ellos. Parece mentira que las semillas, a veces, tarden tanto en agarrar, pero las lágrimas tienen un poder que no tiene el mayor de los ríos.
ResponderEliminarTrimbolera,gran verdad.
ResponderEliminarLas lágrimas tienen un poder que no tiene el mayor de los ríos.Un gran abrazo,amiga
Son pequeñas cosas muy importantes, que nos reconfortan el alma y a nosotros
ResponderEliminarEs curioso que, por mucho que cambien las cosas la Santina en Asturias, la Moreneta en Cataluña, la Pilarica, la Virgen del Rocío, Santiago...siguen siendo un símbolo que se respeta y que identifica a un pueblo, independientemente de la ideología de cada uno.
ResponderEliminarAsí es.
ResponderEliminaryo tampoco es que sea muy religiosa y desde luego no estoy de acuerdo con muchas cosas que hace y dice la iglesia, pero San Lorenzo es San Lorenzo. Y he pasado muchos ratos sentada en su capilla para darle las gracias y para pedirle paz y fuerza para superar malos momentos.
ResponderEliminarun besete desde la tierra media
Yo creo que cada uno pedimos al más cercano, pero ellos cogen del mismo cesto.
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