Para la nieve de Abril, otro poema. Este de Rosalía de Castro
Era en abril, y de la nieve al peso aún se doblaron los morados lirios; era en diciembre, y se agostó la hierba al sol, como se agosta en el estío. En verano o en invierno, no lo dudes, adulto, anciano o niño, y hierba y flor, son víctimas eternas de las amargas burlas del destino. Sucumbe el joven, y encorvado, enfermo, sobrevive el anciano; muere el rico que ama la vida, y el mendigo hambriento que ama la muerte es como eterno vivo.
Me encanta la poesía. Alguna vez hasta me he atrevido a escribir alguna. Pero como mis aptitudes no van por ese camino, prefiero copiar a los consagrados.
Para la nieve de Abril, otro poema. Este de Rosalía de Castro
ResponderEliminarEra en abril, y de la nieve al peso
aún se doblaron los morados lirios;
era en diciembre, y se agostó la hierba
al sol, como se agosta en el estío.
En verano o en invierno, no lo dudes,
adulto, anciano o niño,
y hierba y flor, son víctimas eternas
de las amargas burlas del destino.
Sucumbe el joven, y encorvado, enfermo,
sobrevive el anciano; muere el rico
que ama la vida, y el mendigo hambriento
que ama la muerte es como eterno vivo.
Rosalía de Castro
En las orillas del Sar (1884)
Laura estas de un poetiso que lo viertes.
ResponderEliminarMe encanta la poesía. Alguna vez hasta me he atrevido a escribir alguna. Pero como mis aptitudes no van por ese camino, prefiero copiar a los consagrados.
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