Tanto el ambiente como la compañía eran ideales para sentarnos tranquilamente a charlar mientras íbamos mojando los churros en el espeso chocolate.
Las palabras iban saliendo como caramelos en un bautizo.
Hemos pasado una tarde muy agradable, tranquilas y felices.
Ella es abuela de dos nietos así que la conversación ha girado en torno a la nueva experiencia que estoy a punto de vivir.
La tarde ha terminado siendo soleada en todos los sentidos.
Acabo de cenar, pero no me imprtaría nada tomarme una tacita de chocolate. Tiene un aspecto tan apetitoso. Y si además lo has tomado en buena compañía, mejor que mejor; es que las abuelas cuando nos reunimos no podemos evitar que nuestro principal tema de ocnversación sean los nietos. Pero no cabe duda que es más agradable que hablar de nuestros achaques, aunque haberlos, haylos.
ResponderEliminarHablar de nietos hace rejuvenecer, es soñar con ser madre otra vez.
EliminarBuenassssssss!!!! Bien que remojaría un par de churros en ese chocolate... más bien porque ahora no hace calor!!! Estás que no paras guapaaaaaa!!!! Besos MUAKSSSSSSSSSS
ResponderEliminarEstaba tan bueno como el de la fresa. Besos.
EliminarK.rico!!!!Me alegra de q.hayas pasado una tarde muy agradable¡guapa!
ResponderEliminarPues sí, ha sido una tarde muy maja. Besicos.
EliminarA estas horas de la mañana me comería una docena de churros, por cierto dejo esto ahora mismo que todavía no he desayunado.
ResponderEliminarAlgún día nos olvidaremos de comer, ... OJALÁ !!
EliminarMira por donde hoy voy a desayunar chocolatito con churros
ResponderEliminar¡Que aproveche, Luis!
EliminarLos días fríos y desapacibles, esos en los que sólo te apetece quedarte en casa calentito y cómodo, sin hacer nada, yo siempre los he llamado "Días de chocolate con churros", y cuando lo digo mis amigas lo entienden enseguida. Pues eso, ayer ha estado un día así y hoy tiene pinta de seguir igual.
ResponderEliminarHe oido por la radio que por Asturia llueve, aquí no, tenemos un día muy bueno y fresquito.
EliminarPues sí, y ha seguido lloviendo durante la fiesta del colegio y, cuando nos hemos dado cuenta, Bernardo, Diego, Julián y otros tres mayores llevaban un buen rato jugando un partido de fútbol bajo la lluvia. Bernardo y Julián estaban sin calcetines porque se los habíamos quitado un rato antes, cuando se dieron un paseo sin zapatos (iban a subir a los hinchables) por la hierba empapada, pero les pusimos unos que llevaba de repuesto (dos pares de todo, por si algún amigo lo necesitaba, como así fue) para evitar la pulmonía. Cuando el peque se quedó sentado en un charco por un resbalón en medio de una carrera decidí que era momento de volver a casa. Lo cambié de ropa en el coche porque, entre la mojadura y el barro no sólo tenía que estar incómodo, sino que me iba a dejar perdidos los asientos. Eso sí, ya no tenía más calcetines secos, tuvo que ir sin ellos.
EliminarNo te desesperes, los niños son niños. Recuerdo cuando Javi era pequeño que no tenía inconveniente en sentarse encima de los charcos con su amigo Oscar, desde el balcón los veía con toda la impotencia del mundo, eso sí, cuando subió le quité un poquito el frío !!
Eliminar