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Restaurante El Frondón Lanuza |
- Ayer noche, por ejemplo, me llamó Ana para que fuera con ellos a tomar un cortadito descafeinado, antes de ir a dormir. Nos sentamos en los veladores del restaurante El Frondón, en la calle. Cosa trivial, pero lo disfruté plenamente.
Sin dudas esos pequeños placeres son los que nos dan felicidad! Un beso Angelines.
ResponderEliminarhttp://www.solaanteelespejo.blogspot.com.es/
Pues a mí me parece que no es nada trivial. Las cosas y las situaciones tienen el valor que les demos. Un café con amigos es un momento para sentirnos vivos. Un abrazo.
ResponderEliminarA veces lo mas sencillo y cercano es lo que más se disfrtua.
ResponderEliminarUn abrazo
Que nadie me quité la charradeta(esta palabreja es de Huesca)con los amigos a la hora del desayuno.Amo la rutina.Besos.
ResponderEliminarSi, Astún, el charrar con los amigos, delante de un café, el leer el periodico con tranquilidad, el sentarte a ver pasar la gente, el no sentirse agobiado por nada o por nadie, no tiene precio.
ResponderEliminarQuerida amiga, esas charradas pertenecen a nuestra propia besencia ¡¡¡recuperemos la humanidad extraviada!!!
ResponderEliminarEsos cafes con amigos saben a gloria bendita!!
ResponderEliminarUn beso.