Como el todo y la nada.

Hoy hace cuarenta años que nos casamos.
Nos conocimos en la fiesta de Sallent justamente un año antes. Empezamos a hablar y hablar, a contarnos nuestras historias, a estar juntos y al mismo tiempo libres. Deseábamos compartir nuestras vidas porque nos sentíamos como si fuéramos uno, nos casamos, llegaron los hijos a los que educamos según era nuestra manera de ser, atendimos y quisimos a nuestros padres, tres años después se rompió la estabilidad al tener que marchar por expropiación forzosa de Lanuza. Comenzamos una nueva vida en la que Marcos demostró su valía y sencillez. Pasaron los años, recuperamos el pueblo en cuya tarea puso él su vida y cuando realmente podía haber sido feliz en su casa disfrutando de la jubilación ... se produjo el hachazo que nos partió en dos: un antes y un después, como el día y la noche, como el todo y la nada !!