Es triste recordarlo

El Hortal

El Hortal es la finca pegada al pueblo donde colocaban los bancos, frente al escenario flotante, para celebrar el festival Pirineos Sur en sus primeros tiempos. Aún queda un rectángulo de cemento, en medio del campo, donde se colocaban las cámaras. Guardo en Jaca el recorte de la opinión de un lector del periódico Alto Aragón que escribíó algo así como que "era vergonzoso ver bailar y pisotear un campo en el que antes sembraban patatas" Cuando lo recuerdo sonrío con amargura porque la primera bofetada la recibió el abuelo cuando rompieron sus esperanzas en la expropiación y le dieron cuatro perras. Después lo emplearon para el festival y, como consecuencia de eso, tardaron más años en devolver la parte alta. Pasaron una pista, de acceso al pueblo y ahora está proyectada la escollera. Cuantas veces me acuerdo de las ricas manzanas que asábamos durante el invierno, de las peras y ciruelas claudia, del trozo de huerto. En la mitad de arriba sembrábamos patatas y la otra de abajo, hasta la carretera, había hierba para las vacas. Es triste recordarlo.