En la orilla |
Es de esas cosas que no se pueden explicar pero que se comparten con el alma. Deseamos sentir la libertad en la piel y es lo que más importa, por encima de todo lo demás. No conozco a estos chicos, pero con sólo mirarlos yo aseguraría que lo tienen todo.
Se les ve felices. Besos.
ResponderEliminarQue razón llevas.¡¡Eso es vivir!! Compara esa imagen con una ciudad llena de tráfico, autobuses, ruido, calor......así están ellos, en la gloría.
EliminarMªAngeles. Alicante.
No todo es oro lo que reluce.
ResponderEliminarLa felicidad no está hecha de grandes cosas, sino de pequeños placeres.
ResponderEliminarPero desgraciadamente, los momentos felices no duran eternamente, por eso esa parejita (aparentemente) feliz de tu foto, hacen bien en vivir el presente, como si no hubiera un mañana.
Yo tuve una caravana cuando mis hijos eran pequeños, no la hubiéramos cambiado ni por el mejor hotel del mundo; al verlos he recordado los buenos momentos que vivimos y porque no decirlo, he sentido un poco de envidia.
Seguro que hoy ya están metidos en el engranaje de cada día porque ya se han ido.
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