Por la tarde subimos a Sallent y no era muy agradable el cierzo por lo que entramos al Casino pasando por delante del Gigante, Fermín Arrudi, inmortalizado en la estatua a tamaño natural.
Miniña llenó las horas de alegría y emoción. Su manita dentro de la mía y con sus andares de jota fuimos juntas contándonos nuestros secretos: "Lía, ía, aaammm? Laaa ... adó ... asias ... pofavó ... NO !!" Traducción: "Mira a Lola, mi muñeca, donde está tía?. Vamos a ver a Bolo?. Hola a todos y adiós. Muchas gracias. Quiero agua por favor. NO, NO, NO (esto se le entiende perfectamente). ESTÁ PRECIOSA !!
Angelines, que lindo es volver por aquí, durante estos meses tengo poco tiempo para visitas, pero hoy me detengo para saludarte y desearte buen fin de semana.
ResponderEliminarMuchísimas gracias. El verano es para no parar y si además tienes poco tiempo ya es un sin-vivir !!!
EliminarYa veo que te lo pasaste a lo grande en compañía de lo pequeño. El monumento a Fermín Arrudi bien pudo quitarse y hacer girar la gorra en alto para vitorear tan tiernos y gozosos momentos. Aunque, no sé... Tan bien plantado como luce, es muy probable que no hubiera querido perder la compostura.
ResponderEliminarSeguro que si Fermín hubiera podido le habría hecho una caricia a Miniña y hasta le hubiera contado una jota.
EliminarLinda postagem, gostei muito, um abraço e bom final de semana.
ResponderEliminar