Una patata en forma de corazón o un corazón de patata. Yo recuerdo que en el campo El Ural, que está inundado al otro lado del pantano, un año salieron de mil formas diferentes, guardé una igual que un perro, con su cabeza, orejas, patas, cola redonda ... a mi me hacían mucha gracia pero el abuelo Melchor estaba de muy mal genio, no se explicaba como había salido tan mala cosecha.
Mi padre coincide con el abuelo Melchor. Ni por asomo le hacen gracias esas patatas "deformes", aunque cuando era pequeña, jugaba conmigo a sacar similitudes y me daba las más curiosas para que me entretuviera en la huerta o llevaba a casa la más rara de todas, que conservábamos expuesta en la cocina antes de que se echara a perder. Y es que no tenía aún cinco años y me tenían que dar una azadilla para que me pusiera a hacer tímidos agujeros y surcos en un lugar señalado de la huerta, especialmente cuando sacaban la patata. El día que el abuelo me arregló una grande con un trapo empapado en agua que ayudaba a conectar un mango maltrecho con la lámina metálica, ni te cuento qué contento experimenté. Aunque al verme, no se me pasó por alto la cara de fastidio de mi padre, fue una experiencia única y, a día de hoy, un recuerdo imborrable de mi abuelo.
ResponderEliminarHalaaa, que recuerdos más majos, te imagino con tu abuelo y también a tu padre, lo normal.
EliminarMe encanta encontrar patatas con formas raras. Algunas he puesto en el blog. Besos.
ResponderEliminar