En la puerta |
Cuando hemos salido de misa eran las dos de la tarde, el sol picaba y bajaba pegando fuerte a todo lo que se pusiera por debajo. Están descansando en la puerta de casa. Me ha hecho gracia y les he hecho la traicionera foto desde el bancal, luego he entrado por el corral sin interrumpir su tranquilidad que, a buen seguro, será merecida.
Es que tienes una entrada que invita al relajo y al sosiego. Tu fachada está ubicada en un sitio que invita a pararse un rato. Por ahí nos "pilló" Marcos, mirando las flores. No habíamos dado cuatro pasos y ahí nos paramos.
ResponderEliminarSeguro que fue cosa del destino.
EliminarHola Angelines, esque debe ser una gozada encontrar un riconcito asi a la sombra y tener esa paz que en las ciudades no tenemos:), precioso todo lo que nos muestras hoy como siempre:)
ResponderEliminarBesos.
Gracias Piruja. Besetes.
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