¡Y vuelta a los abades! ¡Quién fuera san Virila* y cien años transcurrieran escuchando el canto efímero de un ruiseñor! Creo que concentrarse en el ahora, sería de ayuda cuando se está como la hormiga de tu entrada, porque, en el ahora, cien años son nada, el tiempo se vuelve, nunca mejor dicho, un presente y, donde la vida se regala, las cargas se vuelven ligeras. ¡Ay, quién fuera san Virila!
¡Y vuelta a los abades! ¡Quién fuera san Virila* y cien años transcurrieran escuchando el canto efímero de un ruiseñor!
ResponderEliminarCreo que concentrarse en el ahora, sería de ayuda cuando se está como la hormiga de tu entrada, porque, en el ahora, cien años son nada, el tiempo se vuelve, nunca mejor dicho, un presente y, donde la vida se regala, las cargas se vuelven ligeras. ¡Ay, quién fuera san Virila!
* http://aig05.blogia.com/2008/012601-leyendas-y-milagros-de-san-virila.php
Las leyendas de san Virila son verdaderos tesoros. Tengo que volver a leerlas.
EliminarMuy buen consejo. Besos.
ResponderEliminarLo malo es que llevan pegamento.
Eliminar¡Anda! Eso mismo pensaba yo.
EliminarUn consejo muy sabio.
ResponderEliminarBesos, buena semana