Grandísimo pianista ahí donde los halla, sus variaciones Goldberg serán para muchos las más deliciosas y fantásticas de todas cuantas se han interpretado. Pianista canadiense nacido en 1932, y fallecido en 1982, a los cincuenta años de edad de un infarto cerebral. Dotado de una técnica excelente y depuradísima, sin embargo estaba lleno de manías a cuál más rara, entre ellas la de tocar en una silla desvencijada de enea con respaldo y de patas recortadas, que le hacía adoptar una postura sobre el teclado, que tu profesora prohibiría de plano si te viera tocando con ella. También canturreaba y realizaba sonidos guturales en sus interpretaciones, especialmente si éstas le gustaban, incluso en las grabaciones rodeado de micrófonos en las que todo se registra. Por eso de que todo se registra incluidas esas comprensibles y normales equivocaciones en obras de esta embergadura, los interpretes raramente prefieren grabar a tocar en vivo. Sin embargo, maniático al extremo con la perfección, las preferencias de Gould caminaban en sentido opuesto a la norma, al punto que se dedicó por completo a grabar, abandonando inesperadamente su carrera en pleno apogeo. Tenía serias dificultades para relacionarse con normalidad. Hubieron de transcurrir largos años después de su muerte para que, conocido el síndrome de Asperger, se pudiera diagnosticar que él lo padecía, ya que manifestaba sus rasgos más característicos. Las personas que padecen este síndrome pueden tener una inteligencia y creatividad destacadas sobre la media, pero con dificultades notables para percibir, sentir emociones y relacionarse, pudiendo llegar a cotas altas de inadaptación social con la consiguiente marginación.
Lo dicho, Angelines. Aquí te la dejo una vez más con el aria, sólo que en la sala de conciertos, sin imágenes de fondo que acompañen, presenciando que aquello que nos limita puede ser nuestra mejor baza; esa que nos permita ir a donde la imaginación nos lleve.
Precioso Ana y ahora entiendo esos gestos del pianista, lo había escuchado más de una vez pero me daba dentera verlo ... ahora lo entiendo, lo comprendo y lo admiro más. GRACIAS.
¡Qué paseo tan bonito por el bosque! La música también preciosa. Gracias por amenizarnos de forma constante todos los días.
ResponderEliminarYa ves que lo llevamos a medias con Ana y encima el gran regalo de sus explicaciones. Besicos.
EliminarEsta es el aria que aquí disfrutamos tocada por Glenn Gould:
ResponderEliminarhttp://turismoverdenavarra.es/wp-content/uploads/2011/01/kaiku2.jpg
Grandísimo pianista ahí donde los halla, sus variaciones Goldberg serán para muchos las más deliciosas y fantásticas de todas cuantas se han interpretado. Pianista canadiense nacido en 1932, y fallecido en 1982, a los cincuenta años de edad de un infarto cerebral. Dotado de una técnica excelente y depuradísima, sin embargo estaba lleno de manías a cuál más rara, entre ellas la de tocar en una silla desvencijada de enea con respaldo y de patas recortadas, que le hacía adoptar una postura sobre el teclado, que tu profesora prohibiría de plano si te viera tocando con ella. También canturreaba y realizaba sonidos guturales en sus interpretaciones, especialmente si éstas le gustaban, incluso en las grabaciones rodeado de micrófonos en las que todo se registra. Por eso de que todo se registra incluidas esas comprensibles y normales equivocaciones en obras de esta embergadura, los interpretes raramente prefieren grabar a tocar en vivo. Sin embargo, maniático al extremo con la perfección, las preferencias de Gould caminaban en sentido opuesto a la norma, al punto que se dedicó por completo a grabar, abandonando inesperadamente su carrera en pleno apogeo. Tenía serias dificultades para relacionarse con normalidad. Hubieron de transcurrir largos años después de su muerte para que, conocido el síndrome de Asperger, se pudiera diagnosticar que él lo padecía, ya que manifestaba sus rasgos más característicos.
Las personas que padecen este síndrome pueden tener una inteligencia y creatividad destacadas sobre la media, pero con dificultades notables para percibir, sentir emociones y relacionarse, pudiendo llegar a cotas altas de inadaptación social con la consiguiente marginación.
Lo dicho, Angelines. Aquí te la dejo una vez más con el aria, sólo que en la sala de conciertos, sin imágenes de fondo que acompañen, presenciando que aquello que nos limita puede ser nuestra mejor baza; esa que nos permita ir a donde la imaginación nos lleve.
Repeti el enlace anterior. Este sí que sí:
Eliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=kuoS6NQqcao
Precioso Ana y ahora entiendo esos gestos del pianista, lo había escuchado más de una vez pero me daba dentera verlo ... ahora lo entiendo, lo comprendo y lo admiro más. GRACIAS.
EliminarTu blog,remanso de paz.
ResponderEliminarbss
Gracias Mar. Besicos.
EliminarPrecioso !! Así está el monte en primavera en Béjar.
ResponderEliminarGracias Ana y gracias Angelines.
Buenas noches.
Besos.
Buenos días, besicos.
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