" NADA HAY MÁS NUEVO QUE EL AMANECER DE CADA DÍA " - EMPIEZO EL BLOG EL 3 DE JUNIO DEL 2.010 - (mi refugio)

16/10/14

El devocionario de yaya

Misal 
Este devocionario, tal como ella lo llamaba, era de mi abuela paterna Pabla. Es de 1875, una auténtica reliquia en todos los sentidos. Yo recuerdo a yaya como si la estuviera viendo. Guardaba, en una cestita de mimbre hacha con bonitas labores por mi abuelo Benito, el libro, los "anteojos", el Mensajero de San Antonio, las agujas, hilo, tijeras y dedal, unas nueces, alguna peladilla, un par de manzañones ... Eran sus tesoros y siempre los llevaba con ella a los "carasoles" que ya tenía bien buscados por los alrededores de casa. Era temerosa de Dios, muy temerosa, se creía pecadora y siempre estaba pidiendo perdón por sus pecados, algo que yo no entendía entonces ni consigo comprender ahora después de tantos años pues me sigo preguntando qué era lo que la atormentaba. Pobre yaya, ya la quería mucho, era como mi hermana, pero no me dejó entrar nunca a ese rincón misterioso de su alma y eso que lo intenté repetidamente cuando la encontraba rezando en la soledad de su habitación: 
-Yaya, no te pongas de rodillas, por qué lo haces ?? !!
- Por nada, monina, por nada. Anda, vete que ahora mismo voy yo.
Se llevó su secreto, si es que lo tenía ... porque también podía ser eso que llamamos "otros tiempos" como resumen de esa forma tremenda de sentir la religión, la vida y especialmente la muerte.

20 comentarios:

  1. Me recordaste a mi tía Rosalia, ella tenía uno muy parecido y también era muy rezandera.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi abuela se sabía de memoria largos romances ... que pena no haberlos guardado escritos !!

      Eliminar
  2. El encanto de las yayas, la mía (solo conocí a una, aunque disfrute de dos bisabuelas) era estupenda, me consentía horarios prohibidos en casa, y me enseñó muchos secretos, me ha crecido una sonrisa al recordarla. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo veo a mi abuela hilando con la rueca, cardando y haciendo calcetín ... hacía unas sopas con patatas que se me hace la boca agua.

      Eliminar
  3. Cuantos recuerdos de la mía, el cesto de la costura tenia más o menos lo mismo que el de la tuya, nueces no, pero si higos pasos y tampoco uso nunca gafas, murió con 86 años y veía bien todavía leía un poco. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi abuela murió de 85 y no tenía ni una cana, era rubia pelirroja que recogía en un moño, vestía de negro, delantal gris y pañuelo del mismo color en la cabeza. Ay !!

      Eliminar
  4. No conocí a mis abuelas, pero he visto como eran las de algunas de mis amiguitas.
    Había una, justamente española, que también rezaba mucho y casi todo era pecado. Qué vidas arruinadas por una religión mal entendida.

    Un beso grande.

    ResponderEliminar
  5. Conservo una libreta hecho por mi bisabuela a la que conocí en mi más tierna infancia, pues fue una mujer longeva. En aquellos tiempos en una casa se hacía de todo, cuadernos y libretas incluidos. Lo empleó para escribir con letra "churrigueresca" oraciones con plumilla y tinta negra, que hoy es sepia. Es toda una reliquia y tiene un valor añadido ya que lo escribió en euskera sin estar alfabetizada en esta su lengua materna. Así que echando mano de la ortografía del castellano y a falta de libros que le recordaran eso rezos, decidió atesorarlos de su puño y letra en ese diminuto cuadernillo para regalárselas a una amiga. El tiempo la acartona y la amarillea, aunque todavía no lo ha devorado. Me llama la atención su selección. En aquella cuaresma de hace ya bastantes años, en la que los sermones de un fraile venido al pueblo a predicar sobre las penas del infierno hicieron aparecer objetos víctimas de pequeños hurtos vecinales donde uno no se lo esperaba, mi bisabuela recopiló oraciones recitadas y, especialmente cantadas para su amiga. Todas ellas hablan de la bondad, el amor de Dios y su amistad con el hombre y terminan con una muy breve petición que ruega mantenerse siempre amante suyo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pero ese cuaderno es una maravilla. A mi abuela le gustaba mucho leer pero rara vez la vi escribir. Sabía multitud de romances y leyendas, mi padre (su hijo) le había prohibido que me contara cuentos de miedo, pero cuando él no estaba yo se los pedía. recuerdo uno que empezaba con una voz de ultratumba ..." Juan de Leeeeeeraaaaa, que está en o huerto a pereraaaa, Agarramelo" Y me daba un buen susto. En fin !!

      Eliminar
    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

      Eliminar
    3. ¿No te contaba uno en el que un hombre subía los tres peldaños de una escalera que conducía al desván donde se escondía una niña llamada María mientras le decía: "Maríaaa, Maríaaa, estoy en la primera escalera"...? Los nietos pedíamos ese y, luego, no podíamos dormir de miedo. Muchos años después, Gloria me regaló una edición de una recopilación de cuentos pirenaicos que compró por esos parajes tensinos y, cual fue mi sorpresa y mi emoción, con ligeras variaciones, ¡ZAS, ahí estaba escrito!

      Eliminar
  6. Hola Angelines, antes todo esto de la religión se le tenia no devoción si no el miedo que metían los que dicen de enseñarla, por eso para mi era mas el miedo que tenia la pobrecilla que otra cosa, lo que si es los buenos recuerdos que tienes y también ese precioso misal que como bien dices es una reliquia:)

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Claro que era eso, pero lo llevaba tan arraigado que no cambió nunca, siempre fiel a sus creencias pero sin imponerlas. besicos.

      Eliminar
  7. Es que la religión que enseñaban en aquella época era terrible. Yo recuerdo cuando era niña, leer un devocionario que habia por casa, se llamaba: Camino recto, las cosas que decía del pecado y de las penas del infierno, eran como para aterrorizar a cualquiera.
    Pero no cabe duda que aunque no estemos de acuerdo con aquellas enseñanzas, los libros antiguos son una auténtica reliquia

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya lo creo, además ella era muy miedosa. Guardo los misales de mi abuela, de mi madre, el de la comunión de mi padre, el de un hermano de la abuela Orosia y dos más de ella, el mío de la comunión ... además de otros modernos. Menuda colección !!

      Eliminar
  8. Desde luego eran otros tiempos, unos tiempos en los que se empeñaban en que casi todo lo que no fuera trabajo, fuera pecado.
    En todo caso, el devocionario es verdaderamente una reliquia cargada de significado y recuerdos que te traen a tu yaya y eso es lo que importa.

    Besps

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues eso, igual que todo lo bueno engorda, entonces toda felicidad era pecado. En fin, seguramente nuestros nietos se asombrarán de nuestras cosas de ahora, quien sabe !!

      Eliminar
  9. La fe de nuestros mayores era ciega, como debe de ser toda fe.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso es fe, exactamente Luis. Ojalá tuviera yo la mitad de la que ella tenía, pero sin miedos.

      Eliminar

GRACIAS POR TU TIEMPO.