Tengo que sentarme de vez en cuando. Entre los arbustos y árboles otoñales se distingue el río Aragón y al fondo el monte Cuculo y San Juan de la Peña. |
Collarada al fondo desnuda, no tardará en cubrirse con la mantilla blanca, pero de momento sigue el calor veraniego. |
Volvemos a casa buscando la sombra ... |
... pisando hojas, mientras cantan su última canción de despedida. |
Bonitas imágenes y el esfuerzo llega hasta el dolor, no más. Abrazos
ResponderEliminarNo te extralimites en las caminatas, Angelines, aunque te entiendo caminar con esos paisajes acompañandote es muy tentador.
ResponderEliminarBesos.
Eres aragonesa hasta para andar
ResponderEliminarYa lo creo que no es fácil acostumbrarse al dolor amiga. Pero mejor es que los saquemos de paseo, se nos olvidan un poco... en casa nos duelen más;))
ResponderEliminarUn beso.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAngelines, te supongo prudente y me imagino que harás caso a tu dolor, aceptando su guía, sin caer en excesos. En todo caso lo que está claro es que no estás por la labor de dejarle "el pilotaje absoluto de la nave".
ResponderEliminarA pesar de que este paseo te resulte corto, no desmerece al lado de otros que sueles mostrarnos. Visto y leído a través de la pantalla, es un paseo trimbolero en toda regla o, dicho de otra manera, tu mini-paseíco, es sin lugar a dudas, 100% trimbolerico, sin que quede afectada, por la menor distancia recorrida o/y por causa de los pesares, la esencia que destilas cuando "rumias momentos".