Se ponía por nuestros pies y nos decía unos mmmmiiiii tan finos y suaves que eran como caricias. |
Su majestad Oroel no estaba visible, se arropaba sabiendo lo que le iba a caer esta noche. |
Se ponía por nuestros pies y nos decía unos mmmmiiiii tan finos y suaves que eran como caricias. |
Su majestad Oroel no estaba visible, se arropaba sabiendo lo que le iba a caer esta noche. |
Mi abuela fue a elegir el lugar donde pasaría el resto de su no vida y busco que diera el sol, y orientado al mar. Un abrazo
ResponderEliminarMis padres también lo eligieron antes y la verdad es que entonces no los comprendí bien ... ahora sí los entiendo.
ResponderEliminar¡ Que gatita tan linda !.
ResponderEliminarLa gata preciosa.
ResponderEliminarAhí donde todo se rinde, difícilmente podrías encontrar mejor bandera que esa gatica blanca. Igual que difícil es pasar por esta entrada y, al verla, no sentirse parte de vuestras filas.
ResponderEliminarRecuerdo la primera vez que la vi, algo indefensa y chiquitina ... ahora es la dueña del territorio a juzgar en cómo no dejaba acercarse a los demás, pero sigue siendo mi amiga. Los cuidan muy bien a todos porque están preciosos.
ResponderEliminarBlanquita se llama la gata y es tan especial.... que todo el mundo le adora.
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