 |
| La hierba crece por los glacis de la Ciudadela y la están cortando ... |
 |
| La "cueva" en la que se esconden los niños ... |
 |
| Los tulipanes florecidos en el huerto ... |
 |
| Las lilas se apoyan en el tejado ... |
 |
| Están practicando Yoga !! |
 |
| Los viernes hay mercado de flores en la plaza de los Porches de la Catedral y vamos a verlas, remirarlas, admirarlas y comprar algunas para el huerto, claro. |
Un reportaje precioso, la primavera ya se ha asentado y tus paseos se llenan de color. Abrazos
ResponderEliminarMe ha enamorado tú paseíco...las lilas en el tejado!!! seguro que sueño con ellas esta noche y los tulipanes están esplendidos. Gracias por este maravilloso regalo compartido, feliz fin de semana.
ResponderEliminarBesos, Pilar
Y esta tarde ha habido una tormenta de granizo ... ayyy !!
ResponderEliminarEsta entrada me ha traído varios recuerdos. En otra población, no lejos de aquí, encontramos un hueco en el seto para deleite de nuestros juegos escondidos. Parece que no fuimos los únicos en gozar de tal descubrimiento. Con el tiempo a aquel largo seto le surgieron nuevos huecos de entidad considerable y un día nos lo encontramos vallado. Las lilas por aquí asomaban tras las tapias de piedra y más de un grito nos llovió a nuestras espaldas al hacernos con un precioso ramillete. Gracias a una vecina a la que se le ocurrió sembrarlos junto a la puerta de casa, la primera vez que vi tulipanes quedé embobada contemplándolos. Al profesor de gimnasia se le ocurrió incluir dentro de una tabla de ejercicios obligatorios esa postura de yoga. Aún la recuerdo dibujada en el papel cual un imposible impuesto o como si fuera una proeza digna del mejor de los fakires. Por mucho que nos quejaramos, nada hizo que cejara en su empeño, así que tuvimos que entrenar y entrenar con poca fe..., pero fue así, como el día del examen, fuimos fakires por un día. ¡Teníamos que haber visto esto!
ResponderEliminarLa incansable naturaleza sigue vistiendo el campo de mil colores y matices.
ResponderEliminarLa incansable naturaleza sigue vistiendo el campo de mil colores y matices.
ResponderEliminar