" NADA HAY MÁS NUEVO QUE EL AMANECER DE CADA DÍA " - EMPIEZO EL BLOG EL 3 DE JUNIO DEL 2.010 - (mi refugio)
21/5/15
Con buen pie
Reflejo en el agua
"A sus menguantes debe la luna sus crecimientos"
- Así ocurre cada día, unos crecidos otros menguados, unos buenos, otros malos ... para mejorar primero hay que empeorar y va dando vueltas la vida, como la luna.
Ahora la luna está en cuarto creciente... la otra noche era un aro fino y delicado que apenas destacaba en el cielo. Aprovechemos para crecer junto con ella. Un gran besote, Angelines.
Un buen día la luna se filtró por los cristales de la ventana de un sastre que ultimaba sus quehaceres a deshoras y le pidió que le confeccionara un hermoso vestido con la que adecentarla y sacarla a relucir . El sastre le tomó medidas y le pidió que volviera al cabo de un tiempo determinado. Mas cuando la luna regresó, había echado barriga y no hubo manera de que pudiera probarse el vestido. Así que el sastre, a pesar de no explicarse cómo había sucedido tal cosa pues era ducho en el oficio, decidió tomarle medidas una vez más y citarla para otra ocasión. Esa vez, la luna se probó el vestido, pero el vestido le estaba tan grande que el fantástico trabajo del sastre le colgaba por todos los lados y la dejaba echa un adefesio. Así que, el sastre, estupefacto, una vez más le tomo medidas y le citó nuevamente. El día de la cita, la luna acudió, pero por misterioso que parezca, el sastre no la vio. La luna, se filtró por la ventana, como de costumbre, y, al ver la extraña conducta del sastre que la ignoraba, anduvo de aquí para allá intentando llamar su atención sin éxito. Finalmente, abatida y desilusionada, abandonó la casa del sastre para no volver nunca y, desde entonces anda desnuda por ahí.
Buenos días Angelines.
ResponderEliminarAhora la luna está en cuarto creciente... la otra noche era un aro fino y delicado que apenas destacaba en el cielo. Aprovechemos para crecer junto con ella.
ResponderEliminarUn gran besote, Angelines.
Gracias a los fracasos vienen los triunfos.
ResponderEliminarUn buen día la luna se filtró por los cristales de la ventana de un sastre que ultimaba sus quehaceres a deshoras y le pidió que le confeccionara un hermoso vestido con la que adecentarla y sacarla a relucir . El sastre le tomó medidas y le pidió que volviera al cabo de un tiempo determinado. Mas cuando la luna regresó, había echado barriga y no hubo manera de que pudiera probarse el vestido. Así que el sastre, a pesar de no explicarse cómo había sucedido tal cosa pues era ducho en el oficio, decidió tomarle medidas una vez más y citarla para otra ocasión. Esa vez, la luna se probó el vestido, pero el vestido le estaba tan grande que el fantástico trabajo del sastre le colgaba por todos los lados y la dejaba echa un adefesio. Así que, el sastre, estupefacto, una vez más le tomo medidas y le citó nuevamente. El día de la cita, la luna acudió, pero por misterioso que parezca, el sastre no la vio. La luna, se filtró por la ventana, como de costumbre, y, al ver la extraña conducta del sastre que la ignoraba, anduvo de aquí para allá intentando llamar su atención sin éxito. Finalmente, abatida y desilusionada, abandonó la casa del sastre para no volver nunca y, desde entonces anda desnuda por ahí.
ResponderEliminarQué bonitoooooo. Se lo contaré a Lucía.
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