Esta mañana he salido de casa sin rumbo, me sigue doliendo el talón, así que más que paseo ha sido un china-chana tranquilo por la carretera. El Pacino con el reflejo parece un gran cocodrilo. |
Los humildes arroces que salen por entre las piedras han florecido. |
Está protegido todo el monte y no se pueden arrancar flores, sean de la especie que sean. |
Nunca corto ninguna, no porque esté prohibido sino porque en su terreno se reproducen y en un jarrón se mueren. |
Llega el sol a la copa de las trimboleras que se mueven como castañuelas y bailan agradeciendo a los rayos el anuncio del nuevo día. |
Este es un señor álamo temblón o trimbolera, también se le llama tremoleta en aragonés. A la derecha queda la Peña Foratata y a la izquierda el Peñón del Pacino. |
Ya llega el sol y se lo encuentra todo limpio y fresco. |
Bolo me espera detrás de la puerta del corral, se tira en el suelo, lo cojo y me lo pongo en el hombro, él se acomoda rápidamente y así entramos en casa al son del ron-ron-ron ... |
Poco a poco, se anda lejos...
ResponderEliminarQue lastima que te duela el talos porque esos parajes merecen ser recorridos por su belleza. Vives en el paraíso! Un abrazo querida Angelines.
ResponderEliminarhttp://www.solaanteelespejo.blogspot.com.es/
Las flores en un jarrón ofrecen un toque alegre al ambiente, pero a la vez me dan tristeza, nunca las compro. Coincido con vos, Ange, que mueran en su lugar y se reproduzcan.
ResponderEliminarBesos.
Yo siento que detrás de este china-chana se encuentre ese fastidioso dolor de talón. Aunque tu pasito a pasito es como la llama baja y constante en la que se ha "cocido a fuego lento" esta entrada que cual "guiso variopinto, tierno y suculento" alimenta y, además, está "para chuparse los dedos".
ResponderEliminarEsos paseos merecen la pena. Besos.
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