Los glacis de la Ciudadela-Jaca |
-Al igual que llega el sol y se lleva la escarcha, así se va la paz interior cuando en el alma hay rencor, no deja lugar a otra cosa que no sea intranquilidad y amargura. Además hace falta mucha fuerza para mantener al ego siempre en el trono y eso agota. La conciencia limpia es el mejor colchón. Yo siempre les digo a mis hijos "nunca hagáis aquello que no os va a dejar dormir"
Mi madre me dió un consejo que me ido muy bien. Me dijo al casarme; Nunca os durmáis enfadados, si al final pasas un mal trago, ofendeis a Dios, y os tenéis que desenfadar
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, con la frase y con tu reflexión. A la cama con los platos lavados. Un saltibrinco alegre
ResponderEliminarAdemás el hacer las paces tiene su aquel...
EliminarTener la conciencia limpia, es tener el corazón lleno de amor y repartir ese amor con los demás seres. Un abrazo y mi amor incondicional
ResponderEliminarY cuantas cosas se arreglan en el colchón matrimonial.
ResponderEliminarY no me refiero a la parte sexual; que también.
manolo
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De acuerdo total con tus palabras, la paz y la tranquilidad son imprescindibles, buen día Angelines, besinos.
ResponderEliminarLa conciencia limpia nos da tranquilidad por la noche y por el día... Abrazos
ResponderEliminarDesde luego que es lo mejor. Tener la conciencia tranquila da mucha paz y tranquilidad al cuerpo humano.
ResponderEliminarBesicos.
El mejor de los consejos...así se duerme de un tirón ;))
ResponderEliminarUn beso.
La palabra conciencia viene del latín y la forman dos vocablos: el prefijo con (=convergencia, reunión) y scientia (ciencia, saber). Si buceamos un poco más en los términos que originan la palabra, descubriremos que el primero de ellos, guarda estrecha relación con el adjetivo conscius, que se aplicaba al que participaba de un conocimiento, lo compartía con otro, algo así como un confidente. El segundo, sin embargo, deriva del verbo scire, que, antes que saber, significaba en origen, cortar, rajar y , por ende, discernir, ser capaz de separar una cosa de la otra por medio del entendimiento.
ResponderEliminarLa conciencia fue en su origen un concocimiento compartido, luego un conocimiento global y completo, más tarde, un autoconocimiento, un conocimiento de nuestra propia existencia, nuestros pensamientos, nuestros actos y, finalmente, de estos en relación con la moral.
El poeta Horacio, en el siglo I a.C., fue el primero que empleó el verbo conscire para hablar de "tener algo sobre la conciencia" y, de esta manera, comenzar a hilar cierta relación entre conciencia (=ser consciente de lo que está bien y de lo que está mal) y el remordimiento.
Compartir lo que se es (aquello que se piensa, aquello que se siente...) y conocerse a uno mismo a través de esta interacción eran, en origen, parte indispensable de la conciencia. Aún no había asomado la cabecilla por ahí el gusanillo del remordimiento y sin ese come come, ser consciente, tener conciencia de uno mismo, era una puerta abierta a mejorar para ser uno con todos; para el bien de todos. La conciencia era vista así una invitación a permanecer despiertos, con las fuerzas bien activas y la atención puesta en a aquello que vivimos, en aquello que somos; no una revisión del grado de dureza de la almohada sobre la que reposa nuestra cabeza cuando dormimos.
Bien dicho.
ResponderEliminarAsí vivirán mucho mejor.
Besos.
Mi querida trimbolera, yo debo de tener la conciencia muy limpia porque siempre tengo sueño.
EliminarUn besito
Angelines, que frases tan bonitas. Besos.
ResponderEliminarMUCHAS GRACIAS.- BESETES
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